INICIO > ARTE
A-  | A  | A+

Una cronista que sacude con poesía

MEMORIA. De norte a sur la poeta ha recorrido el país y en ambas fronteras encuentra esos rasgos que le permiten dibujar personajes de tránsito. (Foto: Alejandra Carrillo)

En su más reciente libro, la escritora Xel-ha López Méndez no llama poemas a sus textos, si no crónicas. El tomo fue publicado a finales del año pasado por Ámbar, una cooperativa editorial independiente que ha apostado por formatos de colección cuidados tanto en la forma como en el fondo.

Los textos de la poeta son recopilados en un mismo concepto, Crónicas de un nuevo siglo es una especie de bitácora de viaje en el que intentó capturar varios instantes de los personajes en sus travesías que más le marcaron.

NTR. ¿Cómo nacieron los poemas que le dan vida al libro?

Xel-Ha López (XHL). El libro no fue creado, en realidad, como un proyecto. Son varios textos que escribí durante tres años desde 2012; manifestaban cierta unidad y cierta coherencia, por lo que decidí que formaran unidad. Surgieron a partir de varios viajes, hacia el norte primero, a Tijuana, la primera vez que vi la frontera sentí estar en el borde, al final de nuestra patria geográficamente hablando y tuve la oportunidad de ver la frontera, de ver el muro, la línea donde tu tierra se acaba. Luego viajé hacia el sur, a Chiapas, donde también hay una circunstancia fronteriza muy marcada; desde el primer día que estuve ahí supe que quería quedarme a vivir y lo hice durante un año. También viajé a Cataluña, antes de Chiapas, y fue una experiencia importante, un semestre de aprendizaje, de reflexión y de comparación del espacio que conocía de mi país con el primer mundo: Europa, el otro lado, la mirada del vencedor.

NTR. Hablas de los personajes que te encuentras y de tu soledad...

XHL. Los poemas cuentan esas experiencias del viaje; escribí y ahí estaban estos personajes de tránsito, personajes que conocí y que tal vez no volveré a ver en mi vida. Esta cuestión de los bordes y las fronteras me marcó, ahí nacieron los poemas, esa soledad de estar en otro lugar se va llenando de otras personas. Fui como una especie de vía, de herramienta para cambiar la historia que ellos me contaron y transformarlo en algo textual que a la fecha no sé si se pueda llamar poema a secas, les nombré crónicas porque lo que me gustaría rescatar de este período de convivencia es la parte real de esas personas.

NTR. ¿Cómo te sientes con la edición del libro?

XHL. Creo que los chicos de la editorial hicieron un buen trabajo. Me gustó la experiencia de ver que ellos estaban tan comprometidos con el libro, con los textos y conmigo. Hubo un trabajo dialógico entre los editores y yo.

NTR. ¿Qué lugar ocupa la publicación en tu proceso creativo?

XHL. Publicar nunca fue un objetivo para mí, al menos no el más importante. Conforme fui creciendo me di cuenta que lo que realmente importa es compartir eso que escribes con los demás. En estos poemas están los otros, los que fui encontrando en el camino y esa es una forma de incluirlos. La publicación cumple una función de intercambio entre las historias que me contaron y el texto al que ellos pueden acceder. Esa es la filosofía de Ámbar y eso me encanta, el copyleft, la descarga libre del pdf, pensar el libro no como un producto comercial sino como un elemento con el que se puede entrar en un contacto directo.

NTR. ¿Cómo te relacionas con esos poemas que se publican ahora? ¿Sigues escribiendo con los mismos procesos?

XHL. También creo que la función de editar, como decía Borges, es la de dejar de corregir un texto hasta el infinito. Yo seguiría modificando los textos porque así es hoy. Últimamente estoy trabajando más con archivos que con testimonios, sigo tomando cosas de lo social o lo histórico, porque eso es lo que me interesa. No he podido viajar porque la verdad es que soy muy pobre (ríe), pero he encontrado maneras de acceder a otros lugares.

NTR. ¿Qué es la poesía para ti ahora?

XHL. Nunca sé qué contestar a eso. Hace mucho dije en una entrevista que la diferencia que hay entre el lenguaje de un poema y de cualquier otro texto no literario, en la poesía hay una dimensión efectiva del lenguaje que sí existe en los demás usos de la lengua, pero no se manifiesta de manera tan viva como en la poesía: esta capacidad de provocar algo, de ponerte fuera del lugar, de sacudir. Me gustaría que muchos textos del libro fueran así, que provoquen algo.

 

HJ/I