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Medio siglo de mujeres en maratón

El año de 1967 parece lejano, pero no lo es tanto hasta que se comparan los avances que ha tenido el deporte en materia de inclusión. Como muestra, la fotografía icónica del atletismo femenil en la que Katherine Switzer, una joven de 20 años con el dorsal 261 al pecho, trata de escapar de un hombre que viste de traje y molesto intenta empujarla. Su agresor es Jock Semple, el organizador del Maratón de Boston, quien le gritaba: "Lárgate de mi carrera y devuélveme el dorsal".

La secuencia en blanco y negro en la que el director de la prueba intenta expulsarla a empujones, tuvo como desenlace el apoyo de su novio de entonces quien la defendió y, aunque asustada, llegó victoriosa hasta la meta, para ser la primera mujer que corrió oficialmente un maratón con lo que cambió la historia del atletismo y del deporte.

Kathy, cursaba periodismo en la Universidad de Siracusa. La nacida en Alemania pero nacionalizada estadounidense, quiso hacer lo que muchas otras mujeres no pudieron. Un año antes de su gesta, Roberta Bobbi Gibb se coló entre la multitud de la maratón después de que su inscripción fuera rechazada y alcanzó la meta escondida bajo una sudadera con capucha. A Kathy su entrenador no le permitió hacerlo de incógnito "es una carrera muy importante y tienes que inscribirte", recordó Switzer. Así que lo hizo, eso sí, bajo las iniciales K. V., que no despertaron la curiosidad del resto de participantes y mientras todos daban por hecho que una mujer no aguantaría semejante desgaste de un maratón.

Después del incidente tuvieron que pasar cinco años para que se levantara el veto a las mujeres en Boston y 12 más para que el maratón femenino llegara al programa olímpico, es decir hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984.

Hoy parece impensable no tener la presencia de la mujer en competencias atléticas de fondo que antes eran "exclusivas del hombre". Ayer, 50 años después, Kathy volvió a correr los 42 kilómetros que rodean Boston en la edición 121 de su maratón para demostrar al mundo que ante la voluntad de cambiar lo establecido no hay tirano que se precie.

"Me siento muy agradecida a ese hombre enfadado porque cambió no solo mi vida, sino la de millones de mujeres. La gente me dice que fue  terrible. Y siempre contesto que a su pesar, él hizo más por las mujeres atletas que nadie porque creó una imagen que se ha convertido en un icono de los derechos de las mujeres”.

@PatyPenia