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La Bomba Mensajera

El presidente Trump disipó todas las dudas sobre el rol que juega en el escenario internacional. Firme en su papel protagónico Estados Unidos lanzó el mayor artefacto no nuclear que posee sobre el distrito de Achin (Afganistán), con el fin de destruir instalaciones terroristas utilizadas por el Estado Islámico (ISIS).

La madre de todas las bombas, llamada GBU-43 consta de 11 toneladas de explosivos, su radio de impacto es de 1.6 kilómetros y tiene un costo de 16 millones de dólares. El primer mandatario consideró la operación como un “nuevo éxito” para su administración.

Subestimar a estas alturas al empresario neoyorkino es más de cretinos que de optimistas. Pese a que despreció su dialéctica y aún más sus decisiones, Donald Trump se ha desprendido de su naturaleza apolítica para jugar de manera efectiva y dominante en el tablero internacional.

Sus mensajes campaña han dejado de ser simples habladurías por lo que es necesario comenzar a leer entre líneas. En las relaciones internacionales debemos interpretar tanto las palabras como los silencios. La madre de todas las bombas tenía más de un destinatario.

En primer lugar la operación militar fue una muestra del músculo militar estadounidense y una declaración tajante sobre quién está al mando en los Estados Unidos, es decir, el fin de la doctrina Obama. En otras palabras, no más “influencia moderadora”; en la era Trump la influencia será directa y tajante, así cueste 16 millones de dólares.

El segundo mensaje va dirigido a los dos gigantes: La Federación Rusa y La República Popular de China. En un movimiento estratégico el presidente Trump ha reconocido la importancia de dichas naciones; sin embargo, la GBU-43 indica que lo hará siempre y cuando respeten el rol protagónico del Tío Sam.

El radio de impacto también llegó a Corea del Norte, país que insiste en hacer muestra de su programa de armamento nuclear y balístico. El mensaje para Kim Jong-un es claro: a Trump no le tiembla la mano.

La situación es delicada, la política internacional se sostiene en alfileres. Subestimar ya no es la respuesta, a Donald Trump se le tiene que tratar con total cuidado. Los mensajes serán cada vez menos claros por lo que reiteró la importancia de leer entre líneas con el fin de evitar una nueva catástrofe mundial. 

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JJR/I