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Todos flotamos

Cuando este escritor era niño, imaginaba que trabajaba en el circo.

No sólo eso, sino que además era la estrella: el hombre fuerte.

Así que tomaba tabiques y los levantaba mostrando el supuesto gran poder de su fuerza.

Hasta que un día, un tabique le cayó en el pie y lo envió al hospital, donde además lo curaron de varios piquetes de avispa.

Resulta que el tabique que había levantado tenía un avispero escondido.

Ese era el Stephen King niño que evadía el abandono de su padre apoyado en la imaginación.

Y en la fantasía que, irónicamente, fue alimentada a partir de revistas de terror y ciencia ficción que su padre había dejado. Fue su única, pero muy útil herencia.

Luego de su fama y éxito a partir de su primera novela, Carrie, inspirada en una vecina fanática de los concursos y promociones, que le alimentaban la idea generacional de hacerse millonaria de inmediato, King llenó el mundo de hombres lobos, vampiros, perros rabiosos, coches poseídos, cadáveres, y personajes a los que les va mal de todos modos:

Si haces algo mal, te castigan; y si eres inocente, sufres.

Pero parece que lo mejor lo concentró en Eso, la novela de 1986 que debió haber sido anunciada con la advertencia, “nada tiene de divertido un payaso a la luz de la luna”.

En este libro llevado al cine por Tommy Lee Wallace en 1990, King mezcla las grandes rabias de su generación: El abandono de los padres debido a la crisis económica que los obligaba a trabajar más tiempo. En el otro extremo, las grandes aspiraciones económicas (el personaje payaso se llama Pennywise, que se traduce como ahorrador). Y el circo, que es el patriotismo desacerbado que originó la segunda guerra mundial, entre otros.

Pero expone, sobre todo, el terror y el horror de los abusos sexuales a niños reportados en los ochenta.

Aquí todos flotan, dice el personaje del payaso Pennywise.

Y lo volverá a decir en la pantalla grande, ya que recientemente se lanzó el tráiler de una nueva versión de “Eso”, dirigida ahora por un tal Andrés Muschietti.

El día que vi este avance, las noticias contaban otra historia:

“Autoridades desarticulan la primera red de pornografía infantil internacional, que compartía contenido en 18 países a través de Whatsapp”.

Todos flotamos.

Y la advertencia vino de un niño, que alguna vez fue el hombre fuerte del circo.

@los21fosfenos

 

JJR/I