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Cuando se entrega uno a esta labor, nunca se piensa en el tiempo. Para mí venir a la escuela no es un trabajo, es una verdadera experiencia, haga de cuenta que vengo al club. Me la paso tan a gusto con los alumnos y maestros que hasta ahorita han sido mi freno para seguir permaneciendo aquí, como dicen, se me hizo un vicio”.

Así se expresa el ingeniero químico Martín Hernández Carrillo, quien lleva 54 años como profesor en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la UdeG.

Alrededor de siete generaciones llevan su nombre (porque los ha apadrinado) y varios rectores han pasado por sus aulas, como la actual rectora del CUCEI, Ruth Padilla Muñoz.

Inició su trayectoria en la docencia en abril de 1963, por lo que acaba de cumplir 54 años como maestro.

“Se me han pasado como un suspiro. Soy ingeniero químico y ya cuando me decidí a estar trabajando en la docencia quise hacerlo con ciertas técnicas que nos ayudaron a que nos rindiera más el tiempo y sacar un mayor provecho de nuestros alumnos”.

Relata que desde un principio se enfocó al terreno de la química y entre las materias que ha impartido son Química general, Análisis químicos cualitativos, Análisis químicos cuantitativos, Análisis instrumentales, Físico química, especialidades como Electroquímica, entre otras.

También ha pasado por el terreno de la administración y fue secretario de la antes Facultad de Química durante 12 años y en el nuevo modelo fue secretario de la División de Ciencias Básicas.

Pero, ¿cómo es que decidió aventurarse por la docencia? “Fue un caso fortuito que me dio la oportunidad de conocer un mundo que no conocía, tener la experiencia y no pensé que me fuera a apasionar por esto. Estaba en tercer año de ingeniería cuando una de mis maestras de invitó a que le ayudará a una suplencia que iba a ser de un mes, pero, dure cerca de cuatro meses”.

Luego agrega con una sonora carcajada: “Esta vivencia fue la que ayudó a despertar en mí esas ganas de compartir conocimiento. Y esta prueba para mí se transformó en una pasión y con ella adquirí un virus que no he podido hasta la fecha eliminar”.

Comenta que uno de los retos en su trayectoria fue abogar por buenas condiciones en laboratorio porque “necesitábamos mayor recurso y normas de seguridad”.

NTR. ¿Cuáles son las satisfacciones en estos 54 años?

Martín Hernández Carrillo (MHC). Tuve la oportunidad de ayudarle a uno de mis alumnos en su preparación para una olimpiada de química, logró ir hasta Moscú y tuvo la fortuna de obtener el segundo lugar y para mí fue una gran satisfacción.

 

NTR. ¿Qué significan este largo camino para usted?

MHC. Siento que me han dado la oportunidad de estar viviendo lo que tanto me ha gustado. Como dicen, todo vicio cuesta y pues para mi parece ser que esto se ha convertido en un vicio y no me cuesta pues me están pagando.

Tengo la fortuna hasta ahorita de que los grupos que he tenido todos se llenan. En la actualidad todos están llenos.

 

NTR. Maestro, ¿continuará con la docencia?

MHC. Hasta ahorita quizá 55 años, quizá un año más, posiblemente sí. Posteriormente me gustaría dar asesoría a los alumnos.

 

NTR. ¿Ama su vida como docente?

MHC. Pues realmente no la cambiaría. Han sido muchas satisfacciones.

A detalle

1958-1963 / Licenciatura en Ingeniería Química de la UdeG

1999-2001 / Maestría en Metodología de la Enseñanza en el Instituto Mexicano de Pedagogía

54 años de profesor en CUCEI

Presea Leonardo Olivia de la UdeG en 1983

Presea Irene Robledo García de la UdeG en 1984

Presea Enrique Díaz de León de la STAUdeG en 2004

Martín Hernández Carrillo. Inició su trayectoria en la docencia en abril de 1963.

EH/I