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Velocidad y accidentes (II)

La semana pasada escribí sobre el tema de la velocidad y los accidentes viales; coincidentemente un compañero de trabajo me comentó, un poco en broma, que en Guadalajara estaban decididos a bajar la tasa de accidentes, ya que la velocidad promedio en la ciudad ahora es de 17 km por hora. Esto me generó la siguiente pregunta: ¿una velocidad promedio menor ayuda a reducir el índice de accidentes? Los datos indicarían que no hay relación entre estas dos medidas.

Tomando como fuente al Inegi respecto al número de accidentes viales en 2015 (no hay datos aún para el año pasado), los estados con mayor número de accidentes son los siguientes: Nuevo León (86 mil 465), Jalisco (42 mil 251), Chihuahua (32 mil 804), Guanajuato (18 mil 907) y Coahuila (14 mil 641). Curiosamente el Distrito Federal, pese a tener el parque vehicular más grande de la república, aparece en el séptimo lugar. Ahora, con respecto a las velocidades promedio dentro de las ciudades, El Financiero, en un estudio que hizo también en 2015, reporta que las ciudades (no los estados) con el tránsito más lento son: Morelia (22.7 km por hora), San Luis Potosí (22.8) y Chiapas (23.1). La Ciudad de México ronda los 25 km por hora. Las ciudades con velocidades más altas son Zacatecas (53.4 km por hora) y Querétaro (45.2).

En otra estadística vinculada, el mismo periódico indica que las ciudades en las que se puede recorrer menor distancia (en términos del porcentaje de la mancha urbana) en 15 minutos son: Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y Puebla. Es decir, no parece haber ninguna correlación entre velocidades promedio y número de accidentes, ni positiva (a mayor velocidad, más accidentes) ni negativa (a menor velocidad, más accidentes). Otros deben ser los factores involucrados.

Esos eran mis pensamientos al ir conduciendo de regreso a casa cuando, por tercera vez en dos días, me encontré con un accidente vial justo debajo del puente de Periférico sobre López Mateos: dos camiones, uno de carga y otro de pasajeros, habían chocado. También noté que en los últimos días ha habido un incremento notable de tránsito pesado sobre estas dos vías. Hace unas semanas, al abrirse el túnel que conecta López Mateos de sur a norte con el Periférico rumbo al poniente, hubo una notable disminución del tránsito en esa zona. El tramo entre Flextronics y Periférico que se hacía en 30 minutos en hora pico, se había reducido a sólo 10 minutos. Pero en últimas fechas de nuevo el tránsito estaba imposible. La razón aparente es la gran cantidad de camiones de carga que transitan por estas avenidas y que la Secretaría de Movilidad ha sido incapaz (o simplemente no quiere) de ordenar para que circule de 10 pm a 6 am, como ocurre en otras ciudades. Es mala idea hacer convivir camiones de varias toneladas, que difícilmente pueden maniobrar o frenar en espacios reducidos, con automóviles compactos. Regular el horario para el transporte de carga representaría un ahorro para los transportistas en el sentido de que se pierde mucho más combustible (y tiempo) estando atorado en un embotellamiento a las dos de la tarde; y eso por no mencionar los problemas para la ciudad: contaminación y pérdida tanto de horas-hombre, como de calidad de vida.

Los accidentes viales y los embotellamientos son parte de un problema vial en extremo complicado; sin embargo, sí hay acciones que pueden ayudar a disminuir su impacto: regulación del transporte de carga, mejora del transporte de pasajeros, una mayor presencia de la policía de movilidad y acciones para fomentar la educación vial de todos nosotros, incluyendo a los niños en las escuelas.

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JJ/I