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Gignac congeló a Chivas

(Foto: Imago7)

Lo increíble estuvo a punto de consumarse. Posiblemente el único convencido de la hazaña era Matías Almeyda, que a la vez contagió a sus jugadores de que era posible doblegar a un coloso. Pero André Pierre Gignac tenía otros planes. La última palabra era del delantero francés que enfrió a Chivas tras ir ganando 0-2 para quedar en un 2-2 que deja en suspenso el partido final para el domingo.

 

Chivas sabía que si en el juego de ida no lograba sobrevivir a la furia de la contundencia de Tigres, difícilmente en el juego de vuelta tendría alguna posibilidad.

 

Pareciera que durante la mayor parte del partido se invirtieron los papeles. Chivas fue el práctico que en dos llegadas liquidó, mientras que el letal Tigres falló en las opciones que generó en los primeros 20 minutos y que anticipaban que en cualquier momento abriría el marcador.

 

Tigres había arrancado como siempre, avasallador, apretaba la salida del Rebaño y lo obligaba al despeje largo para perder el balón en media cancha.

 

André Pierre Gignac se mostraba ansioso por terminar pronto, y ponía a prueba los reflejos de Rodolfo Cota, quien estaba atento.

 

En el 15´ y 20´Tigres tuvo sus oportunidades más claras como fiel reflejo del nerviosismo en el que se encontraba el Rebaño desde la media cancha donde Pérez no controlaba, y por consecuencia la defensa también se desarticulaba. En la primera Gignac no tuvo puntería, y en la segunda, en una serie de rebotes, Dueñas envió el balón a las tribunas cuando Cota ya estaba vencido.

 

Fue el momento en el que Chivas entendió que debía lanzarse para aprovechar la confusión de su rival.

Al 22´consiguió un tiro de esquina que cobró Edwin Hernández, Nahuel salió de puños pero su despeje tibio rebotó en un compañero suyo, y Pulido no perdonó para el contrarremate.

 

Chivas logró llevar el partido al escenario anhelado. Herir a Tigres, hacerle ver que no es invencible, y era vulnerable.

Tigres entró en desesperación, y al 42’, Pulido se fugó al área en contragolpe, disparó y de nuevo Nahuel regaló al rechazar y dejar el balón de regalo a los pies de Pizarro, quien empujó al fondo para el 0-2.

 

Si la ventaja mínima era poco probable, tener dos goles a favor en la cancha del Universitario sin duda era una auténtica hazaña.

 

Para la segunda parte, el Guadalajara debió ser inteligente e invitó a Tigres a desgastarse, y ese equipo de tanto poderío ofensivo, no se aparecía, hasta que Almeyda se equivocó al ingresar a Miguel Ponce y a un delantero inadvertido como Guillermo Martínez, y en el minuto 86 cuando Gignac recuperó su olfato y sorprendió a Cota.

 

Tan solo dos minutos después, de nuevo el francés congeló la ilusión de irse ganando a su casa. Fue un golazo fuera del área para el 2-2.