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La luz del Sol

A veces se quedaba ahí, esperándolo.

Decía, más bien cantaba, que todo iba a florecer cuando llegara porque su presencia sería como una sonrisa salvando su alma.

La oscuridad se iría y se llevaría esa sensación de que los mejores días pasaron.
También se llevaría el dolor.

Y todo estaría mejor con un dulce baño de sol.

Era 1999 y esa canción se llamaba Sunshower.

Otras veces, en cambio, lo maldecía.

Cantaba que cada que lo veía para tratar de encontrar una razón para seguir, terminaba ciego y quemado.

Y en lugar de un alivio sólo conseguía mojarse con la lluvia.

Eso ya era 2015 y la canción se llamaba Nearly Forgot My Broken Heart.

Un año después volvería a escribir de él:

Decía cosas como, ven en mi momento más oscuro cuando el sol se haya ido. Me sostengo del borde de la noche -de su abismo-, hasta que regresa.

Era la canción ‘Til The Sun Comes Back Around.

El autor responsable de todas estas letras se suicidó.

Era Chris Cornell.

Cuando vino a México un 10 mayo de 2005 a dar un concierto con Audioslave sólo 18 mil personas acudieron a su llamado.

Él salió a cantar con laringitis, y en la crónica para El Universal publicada dos días después se habla de esa hazaña.

También se suscribe, con el debido permiso entonces, la íntima confesión de una fan luego de escuchar en vivo el tema Black Hole Sun:

“Este tatuaje (un sol negro) me lo hice cuando tenía 15 años. Viajaba sola y esa canción me gustaba mucho. Con ella, alguna vez, también me corté las venas”.

El suicidio alrededor de músicos deprimidos y jóvenes deprimidos.

Alrededor de una generación deprimida.

El caso de Cornell hace recordar a Ian Curtis de Joy Division.

Años después de su autoexilio –colgándose como también se fue Cornell-, otro de los integrantes del grupo confesaría que nunca puso atención a las letras que componía su compañero. Y que cuando lo hizo, se dio cuenta que ahí estaban todas las señales de lo que cómo terminaría.

Con el suicidio de Chris Cornell ocurrió lo mismo. El día que se fue, su esposa dijo que no mostraba síntomas de depresión.

Pero parece que la idea de irse giró desde siempre a su alrededor, al igual que giraron menciones del sol en sus canciones.

Nunca nadie le preguntó directamente a Cornell qué es lo que pensaba del sol, aunque algo se puede saber por sus canciones:

Para él era el sol paciencia, el sol reproche, el sol no te vayas, el sol vete, el sol por favor regresa, el sol sécame la lluvia, el sol llévame.

El sol.

Y su luz como salvación.

@los21fosfenos

JJ/I