¡Qué maravilla!

Parece que Warner y DC ya aprendieron de sus tropiezos.

Uno de sus principales errores era que querían correr a pasos agigantados para intentar alcanzar a su competencia: Marvel. Querían abordar muchos temas y terminaban perdiéndose en las historias, las saturaban y perdían al espectador.

Esto no sucede en Mujer Maravilla. Al ser una precuela eliminaron casi cualquier referencia externa del universo de la protagonista y se enfocaron a contarnos la historia de la princesa Diana y su travesía por convertirse en heroína.

Claro que algunos personajes son superficiales y subdesarrollados, especialmente el villano, a quien le hace falta fuerza en la historia. Pero ¿sabe qué? No importa, salen poco y porque, para beneplácito de sus seguidores, sí es una película sobre la protagonista, es decir: tiene el merecido centro de atención y está cuidado a detalle la evolución del personaje.

No había mejor actriz que Gal Gadot para dar vida a este personaje; no se necesitaba una chica con grandes pechos o cintura espectacular, sino una maravilla de mujer que tuviera la elegancia, sencillez, belleza, personalidad y hasta ingenuidad.

La directora Patty Jenkins se enfocó a crear al personaje, se toma el tiempo de explorar sus emociones para que nos identifiquemos ¡sin distractores! La Mujer Maravilla tiene muchos rostros en este filme, desde la inocente que se sorprende al probar un helado por primera vez, hasta la guerrera que no se detendrá ante nada ni nadie.

La cinta cuenta una historia interesante, no es nada predecible (excepto cuando llega el clímax) y combina ingeniosamente elementos frescos, conmovedores y divertidos.

En muchos sentidos nos recuerda a las películas de Superman de los años 70 y 80 y no a las  grandes producciones que se exceden en sus efectos.

La historia es simple, pero muy bien pensada y desarrollada, tiene un buen giro final y mantiene su atención desde el principio hasta el final.

El ritmo fluye suavemente y se apoya en escenas de acción visualmente impactantes, como cuando la princesa se enfrenta a grupos de soldados con el uso de la cámara lenta y sin una gota de sangre.

Y hablando de mujeres maravillosas, en Netflix puede encontrar 14 cintas protagonizadas por Scarlett Johansson: desde su primer trabajo en El señor de los caballos, pasando por Scoop y Match point de Woody Allen, hasta Her y Bajo la piel, el tercer largometraje del cineasta británico Jonathan Glazer.

Esta última cinta la recordará por los desnudos frontales de la actriz, sin embargo, también destaca por ser una película poética e hipnótica de principio a fin, a pesar de su extraño argumento. Sí, es rara y hasta repulsa por su perturbadora secuencia en la playa, pero al mismo tiempo tiene imágenes muy bellas, simétricas y cuidadas a detalle. Búsquela.

@pablogarabito

JJ/I