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Silencio para Joselito

(Foto: Especial)

La segunda corrida firmada para el mexicano Joselito Adame en la Plaza de Toros Las Ventas de Madrid, en su Feria de San Isidro 2017, no resultó airosa como su anterior comparecencia. El hidrocálido no tuvo buenas opciones con los toros de su lote y tuvo que irse en blanco y silenciado luego de sus dos faenas.

Joselito pechó con el lote menos propicio de la tarde, y con el que abrió plaza no logró acomodarse con el astado, toda vez que fue un toro complicado, de escasas opciones para lucir, y aunque el mexicano insistió no pudo hacer el toreo ligado y de conexión, lo que acabó, en ratos, en protestas divididas en los tendidos para despedir a su primero de pinchazo y entera.

Con el que cerró su actuación, Adame tuvo un poco más de opción para lucir, pero lo áspero del astado de Alcurrucén no le permitió acomodarse con él, oyendo también en éste algunos pitos por parte de la afición, que esta tarde no estuvo con el mexicano como en la ocasión anterior.

El matador mexicano lo pudo ligar ni llegar a los tendidos, lo que sumado a sus fallas con la espada acabaron por deslucir su segunda y última actuación en esta feria madrileña.

Del Álamo, por la grande

En contraste, la tarde de éxito fue para el matador español Juan del Álamo, quien logró salir avante de su última tarde en Madrid, al conseguir dos faenas de mérito a los dos toros con más opciones de la tarde para irse así con una oreja en cada uno y abrir la Puerta Grande de las Ventas.

El diestro ibérico destacó con el primero de su cuenta, un toro de buen recorrido, humillación y prontitud que Juan supo exprimir en tandas sentidas tanto por la diestra como la natural.

De fuerte calado y transmisión, la faena fue de menos a más para rematar con una estocada en todo lo alto, lo que le valió una oreja, y aunque el público aclamó la segunda, le fue negada por el juez para echarse encima a la afición, que reprochó fuerte.

Con el que cerró plaza, Del Álamo estuvo a la altura de un astado de difícil condición, pero que le permitió al coleta firmar tandas valiosas por la derecha que calaron en los tendidos. Una estocada ligeramente desprendida, pero entera, fue suficiente para que el juez, tras fuerte petición, le concediera la segunda oreja de la tarde y con ello su salida a hombros.

JJ/I