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Charles Fabry: 150 años

El interferómetro de Fabry-Perot es uno de los más útiles y usado.

Daniel Malacara, Óptica básica, FCE, México (1989), p. 315

En la tradicional peluquería de la colonia de mi infancia -ubicada sobre la calzada Independencia- había sendos espejos a lo largo de dos paredes frente a frente, el curioso efecto de las reflexiones múltiples es un símil con el cual podemos entender los elementos esenciales y funcionamiento del interferómetro desarrollado en 1899 por Charles Fabry (1867-1945) y Alfred Perot (1863-1925), pues en el también denominado en francés étalon (patrón o medida) hay dos placas de vidrio óptico semi-reflectoras en disposición paralela en las cuales incide la señal luminosa a analizar y en virtud de las múltiples reflexiones y refracciones (cuando la luz atraviesa la placa más densa que el aire) es posible obtener patrones de interferencia en la forma de anillos concéntricos a partir de cuyo análisis en objetos de interés astronómico nos permite determinar con elevada precisión las longitudes de onda de la luz analizada, e incluso identificar transiciones atómicas específicas en la radiación electromagnética del objeto en estudio y así formar imágenes para entender fenómenos físicos relacionados con tales transiciones.

Ubicada en la costa sur francesa, la ciudad-puerto de Marsella fue donde el 11 de junio de 1867 nació Maurice Paul Auguste Charles Fabry, quien se formó como físico en la École Polytechnique de París y obtuvo el doctorado respectivo en La Sorbonne en 1892 con una tesis sobre anillos de interferencia; en un artículo en colaboración con Alfred Perot publicado en la prestigiosa Astrophysical Journal (Vol. 9, pp. 87-115, 1899) escriben: “Fenómenos de interferencia nos permitieron referir determinaciones de longitud a una unidad muy pequeña (del orden de 1/2 micra), la longitud de onda de una radiación luminosa”, justo la base de la solución de numerosos problemas -como lo indican en el título del artículo- en espectroscopía y metrología.

Además de tal aportación, Isaac Asimov nos recuerda en su Chronology of science & discovery (1989) que Fabry demostró en 1913 “la presencia de significativas cantidades de ozono en la atmósfera superior”, la algunas veces denominada ozonosfera.

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FV/I