No hay excusas

A raíz de los constantes errores durante el gobierno de Donald Trump, Paul Ryan quiso justificar la inexperiencia del presidente republicano en el mundo de la política, pero es ilógico pensar que hay excusas suficientes para dispensar el comportamiento de un hombre que parece no entender lo delicado de su cargo.

La realidad es que si no sabía nada de ese mundo, no se debió haber aventurado en un puesto de tal importancia, y si aun sin saber lo hizo, al menos debió de haber tenido la inteligencia de rodearse de personas preparadas que pudieran asesorarlo de la manera correcta y no de familiares que, como él, desconocen por completo el tema. Y finalmente hoy, después de las recientes declaraciones de James Comey, parece que no hay manera de que se salven de ser devorados por sus propios errores e ignorancia política.

A mediados de esta semana parece que comenzó a escribirse el último capítulo en esta historia de fracasos, en la que Trump, queriendo ser el gran protagonista, se fue convirtiendo en su propio enemigo, y esto quedó demostrado con el testimonio dado por el ex director del FBI James Comey, que en su audiencia con el Comité de Inteligencia del Senado habló durante tres horas develando información detallada y delicada sobre el actuar del actual presidente.

Comey lo mismo acusó a Trump de mentir y difamar, que de presionar para evitar que continuara las investigaciones del tema Michael Flynn-Rusia, presiones que de comprobarse podrían ser el argumento más fuerte para iniciar un juicio en su contra.

Comey mostró una serenidad y claridad que evidenciaron el por qué el ex director del FBI había trabajado con tres presidentes, demostrando un carácter independiente que parece no dejarse intimidar por amenazas, ni tener alianzas políticas, tal como lo demostró cuando reveló información de Hillary Clinton a tan sólo unos días de las elecciones presidenciales, y de la misma manera que hoy habla sin tapujos del presidente.

Es por eso que cuando el equipo de Trump negó todo lo dicho por Comey, pocos fueron los que creyeron las excusas sin base y las acusaciones sin fundamento, que buscaban desestimar lo dicho por el ex director.

La comisión del Senado y el país en general se mantuvieron atentos al testimonio y después de esto se ha especulado que los demócratas ya están listos para iniciar el impeachment en contra de un hombre que hoy demuestra que la silla le quedó grande y que no es lo mismo estar al frente de un programa de televisión y ser un extravagante empresario, que ser el líder de una potencia mundial.

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