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¿Cuándo dejar el hogar?

En la sociedad europea, oriental y norteamericana, entre otras de primer mundo, los jóvenes se desprenden de su familia nuclear para vivir su vida independiente entre los 18 y los 21 años.

Salen porque van a estudiar la universidad que se encuentra en ciudades satélites porque la licenciatura que pretenden no se encuentra cerca de su entidad, porque aunque no son candidatos universitarios han terminado el high school, college, middle school o equivalente al preuniversitario, secundaria o bachillerato, y es hora de compartir su vida con otros jóvenes que ya trabajan y se sostienen por sí mismos.

Es común ver a jóvenes de diversos niveles económicos trabajar en empleos modestos sin prejuicio alguno.

Por el contrario, en México el hijo que deja o concluye sus estudios y trabaja sigue viviendo con sus padres. Especialmente en las capitales de los estados donde los jóvenes de clase media y alta encuentran la oferta educativa que pretenden, continúan cómodamente en la casa familiar. Si bien el fenómeno es multifactorial, la falta de oferta laboral bien remunerada para jóvenes sin experiencia no genera autonomía económica. Estamos creando una sociedad donde los jóvenes no trabajan formalmente antes de los 18 años como ocurría antes y tampoco estudian.

Permitir que los jóvenes vivan en la misma ciudad fuera de la familia a temprana edad, sin conflicto familiar de por medio, no está en los paradigmas de nuestra sociedad. Sin embargo, en las sociedades de mayor productividad dicho fenómeno es común.

Los jóvenes enfrentan la vida a temprana edad, valorando los estudios, el trabajo, el esfuerzo y el orden.

Respetan a quienes hacen labores arduas de un trabajo manual porque lo han probado. Aprenden a manejar libertad con responsabilidad, sexualidad, ingresos y egresos, a enfrentar enfermedad, tristeza y soledad. Aprecian cada compra o inversión y generan sentido de cuidado de sus bienes.

Adquieren hábito de seguir reglas acordadas entre quienes comparten espacios. Toleran, construyen amistades, valoran la convivencia familiar y, en general, adquieren madurez y experiencia.

Hay más riesgos, es cierto, pero la vida hoy demanda mayor cantidad de retos a menor edad. Me cuestiono sobre las ventajas y desventajas de permitir al hijo o la hija, que sin descuidar sus estudios, pueda por sí mismo generar ingresos para su propio sustento fuera del hogar. Rotundamente a favor.

Vamos tarde en permitir que nuestros hijos tomen las riendas de su vida desde temprana edad y no después de los 30 como ocurre en la actualidad.

@Saucedodlallata

JJ/I