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La magia y el juego en un mismo lugar

Gusto. El artífice equipara a la magia con cualquier otra disciplina, como la pintura, la música o la literatura. (Foto: Especial)

Para el psicoanalista y mago de más de 60 años Juan Diego Castillo, la magia es un arte similar a la pintura, la literatura y el cine: algo imposible ocurre ante los ojos de las personas y este imposible cuenta una historia. Por eso no le gusta que los escépticos interrumpan un truco pidiéndole ver a otro lado o tomar decisiones de dónde meter la carta de vuelta en el mazo. “Es como pedirle a un pintor que les deje hacer rayones en su lienzo, o al escritor que revele el misterio de su historia. El juego es muy importante”, dijo en entrevista.

Después de una larga trayectoria en la magia, que comenzó con una inquietud en su infancia temprana a través de dos libros que una abuela le regaló, el mago sigue haciendo sus trucos por convicción y, sobre todo, por amor a la magia. En su estancia en la Ciudad de México, formando parte de convenciones y ganando premios internacionales, los trucos nunca pararon en su vida adulta.

“Es que la magia nos enfrenta con lo imposible”, dijo para NTR, es un ámbito en el que todos aprendemos por la capacidad de admirarse. Es algo vivo que como todas las artes nos enseña que somos capaces de imaginar otros mundos. Poner los ojos en la Luna fue idea primero de los artistas, de los soñadores. Lo hicieron jugando y luego otros locos diseñaron una nave capaz de lograr lo que todos creían una locura… la magia no es el truco. La magia no es romper una fotografía y volverla a armar, eso es algo técnico, la magia es contar una historia, recobrar las esperanzas y sorprender”.

Su primera varita mágica fue un pedazo de escoba que medía la mitad de su cuerpo. Durante toda su vida, aunque estudió psicología profesionalmente, la magia ha formado parte de cada una de sus etapas. Ha vivido también escenas que ponen a la magia como un espectáculo de divertimento para niños, como un arte menor, sin embargo y después de muchos años ahora es tomada con más seriedad. Castillo dijo que es porque ahora hay más figuras reconocidas internacionalmente que llevaron a la magia a un nivel de espectáculo mucho más aceptado y trascendente. Para entonces él llevaba retirado de la magia unos años por cuestiones familiares.

“Hace algunos años lo retomé, aunque con menor habilidad en las manos”, contó, “una de mis hijas me pidió un acto de magia para su cumpleaños. Lo disfruté enormemente. En la magia encuentro un sentido que no he encontrado en otros lados. Mi mayor placer al hacer magia es jugar con las personas y hacerles creer en lo imposible. Para mí es eso: una expresión de emociones, sentimientos y afectos a través de lo imposible. La vocación para expresar el amor de una forma incontrastable”.

Él mismo se sorprende en cada truco, por eso aunque no se dedicó a la magia profesionalmente, sí lo hizo con el cariño y la esperanza que requiere una disciplina como esta, que a él le gusta, sea cercano e íntimo con el público.

Así será el próximo show que presente, será en Foro Periplo para 20 personas: los boletos se agotaron en dos días de anunciados. Aunque Castillo no sabe dónde será el siguiente truco, su edad y el cansancio de la vida laboral le limitan para hacer giras, sabe que no dejará de hacerlo: que nada ni nadie debe acabar con el juego.

“En la magia encuentro un sentido que no he encontrado en otros lados. Mi mayor placer al hacer magia es jugar con las personas y hacerles creer en lo imposible”
Juan Diego Castillo, mago

JJ/I