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Ahora les toca a los padres

Simple: culpar al gobierno de nuestra tragedia en educación, nos libera de culpa. La calidad educativa no está únicamente en manos del gobierno, escuela y maestros sino principalmente en los padres de familia que cedemos a un sistema poco exigente y a hijos que se resisten a invertir esfuerzo y tiempo en su propia educación. Somos la generación de padres que obedecemos a los hijos. En países avanzados en educación, existe responsabilidad conjunta, los padres tienen convicción de responder sobre instrucción y formación de sus hijos. No únicamente en lo académico sino ser responsables de su comportamiento social.

Un ejercicio interesante ha sido observar a padres de alumnos mexicanos en acciones muy objetivas respondiendo a preguntas que nada tienen que ver con presupuestos gubernamentales. ¿Cuántos padres leen al menos un libro por mes?  En México 13 por ciento nunca leen, 30 por ciento leyó en la escuela y nunca volvió a tomar un libro, 55 por ciento nunca compra un libro de lectura, 70 por ciento argumenta no leer por falta de tiempo. En resumen, 9 por ciento de padres mexicanos leen. Sin embargo, desperdician horas jugando en computadora, tablet o teléfono; compartiendo ridículos memes, sentados frente al televisor con series interminables. Los niños no leen porque observan a sus padres comprar todo tipo de artículos pero no ven comprar libros y menos leerlos a ninguna hora del día.

¿Cuántos padres se sientan con sus hijos a ver programas culturales como History Channel, Animal Planet, National Geographic, Discovery Channel u otros  de los canales 11 y 22? Pocos. Sin embargo, series donde valores se ponen de cabeza y terminamos deseando que nunca atrapen a los narcotraficantes estelares, rompen récord de audiencia. ¿Cuántos padres llevan a sus hijos a museos en vacaciones? El 80 por ciento de padres europeos visitan museos continuamente con sus hijos, mientras en Jalisco -a pesar de ocupar el segundo lugar con mayor oferta en museos, sumando 114 de los cuales 34 están en la zona metropolitana-, las visitas disminuyen cada año.

Finalmente, ¿cuántos padres siguen estudiando, diplomados, cursos o a las menos clases que aporten a sus vidas? ¿Cuántos adquieren y practican otro idioma? En México, de 130 millones únicamente un millón de habitantes cuenta con postgrado y únicamente 5 por ciento domina segundo idioma. Si queremos realmente cambios en educación, requerimos primero un cambio social, empezando por la familia. Además de exigir al gobierno avances en el nuevo modelo educativo, empecemos decidiendo cambios reales, objetivos y contundentes que sean ejemplo para los hijos: leer, ver televisión  cultural, visitar museos como hábito familiar, educación continua.

@Saucedodlallata

JJ/I