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En Huamantla no se duerme

Devoción. La Virgen de la Caridad sale cada año de su basílica para iniciar un recorrido por las calles del pueblo. (Foto: Cuartoscuro)

Huamantla. Los habitantes del Pueblo Mágico de Huamantla se alistan para vivir una edición más de la Noche que Nadie Duerme, en honor a la Virgen de la Caridad, que año con año atrae a miles de turistas nacionales y extranjeros.

Desde temprano los vecinos de este municipio, ubicado al oriente del estado de Tlaxcala, alistan el material que ocuparán los artesanos para elaborar hermosas alfombras y tapetes de colores hechos a base de aserrín, flores, semillas y/o otros elementos.

Este arte efímero fue la principal razón por la cual la Secretaría de Turismo del gobierno federal en el año 2007 otorgó al municipio de Huamantla el nombramiento de Pueblo Mágico.

Los visitantes comienzan a llegar para disfrutar de esta tradición que tiene su clímax a los primeros minutos de cada 15 de agosto, momento en que la imagen de la Virgen de la Asunción –pero que los huamantlecos la denominaron Virgen de la Caridad– sale de su basílica para iniciar un recorrido nocturno por las calles del pueblo.

Para honrar a la Virgen, los lugareños se organizan entre vecinos y cada cuadra ofrecerá un diseño diferente en cada tapete. El adorno de la calle incluye iluminación con cientos de focos, festón, hilos de flores de plásticos que tienden de azotea a azotea y música.

Las primeras acciones de los vecinos son barrer las calles, tender los focos a lo largo de la calle por todo lo alto, así como los hilos de flores o adornos de plásticos y popotes para crear una cortina que obligue al paseante voltear la mirada hacia arriba y admirar las diversas figuras que cuelgan.

En tanto, abajo, bultos de aserrín tintados con anilinas de colores, coladores, plantillas, escobas y recogedores son algunas de las herramientas que emplearán los artesanos para comenzar el tapete poco después de las 17 horas y todo esté listo para el primer minuto de hoy.

Hasta ayer, las condiciones del clima señalan que no habrá lluvia, pero aún cuando así se diera, los artesanos están listos para rehacer el tapete si así fuera necesario, tal como ha ocurrido en años anteriores y con el único afán de agradecer a la virgen los favores recibidos.

Por otra parte, en las casas de los huamantlecos las familias alistan los tamales, café, chileatole y muéganos para recibir a los suyos y a los visitantes que gustan de esta tradición que se lleva a cabo desde hace más de 140 años.

JJ/I