Ofensiva inofensiva

La ausencia de Alan Pulido cada vez pesa más. En cuatro partidos, Chivas no ha podido ganar y su productividad al frente es corta. En los encuentros disputados registra cuatro goles, y en uno de ellos se fue en cero (el empate en la Fecha 1 ante Toluca).

De las cuatro anotaciones, dos han sido de Rodolfo Pizarro, una de Ángel Zaldívar y otra de Jair Pereira.

Es decir, tres dianas corresponden a jugadores ofensivos, y una, la de Pereira, a uno defensivo, lo cual refleja que el resto del aparato de ataque sufre para generar y definir.

Jugadores como Orbelín Pineda, Eduardo López, Carlos Fierro, Isaac Brizuela, Michelle Benítez, y José Juan Macías se han esforzado para elaborar jugadas de peligro, pero sin la efectividad requerida.

La fecha más raquítica fue la 1 ante el Toluca, en la que fue notorio el vacío que dejaron Orbelín Pineda y Roldolfo Pizarro, quienes estaban con la selección nacional en la Copa Oro.

En la Jornada 2 ante Cruz Azul, la presencia que dejó huella fue la de Pizarro en una jugada individual en el área, en la que dejó sembrada a la defensa celeste, venciendo en el mano a mano al portero Jesús Corona. Sin embargo, no hubo más goles para obtener una victoria.

La Jornada 3 frente a Necaxa parecía ser el despegue. Los dos goles rojiblancos fueron obra del juego de conjunto. Pizarro puso la asistencia a Zaldívar para el primer gol, y después fue él quien se generó el espacio para anotar el segundo.

En el reciente juego ante Monterrey, el gol rojiblanco es producto de una jugada en táctica fija en la que Orbelín amaga con tirar y en realidad dispara Oswaldo Alanís, lo cual confundió a la defensa regia para que Pereira conectara de cabeza.

Analizando cada caso, hay factores que influyen.

Pineda es un elemento con visión de campo para filtrar balones a los atacantes o para hacer daño con su tiro de media distancia, pero no ha logrado anotar.

Chofis López no termina de recuperarse de la pubalgia que lo aqueja y es utilizado de relevo en el segundo tiempo, pero tampoco es notoria su presencia en el campo.

Carlos Fierro es un jugador al que no terminan por definirle su función. Su naturaleza es la de ser centro delantero, pero ha sido desplazado a la banda derecha para que sea él quien desborde y alimente. Fierro corre veloz, pero sus centros no son los más certeros.

Isaac Brizuela está pagando la factura por los cinco meses de inactividad debido a la fractura en el peroné que sufrió en marzo, y se le dificulta entrar al ritmo vertiginoso que exige el sistema de Almeyda.

Y, finalmente, Michelle Benítez y José Juan Macías son novatos que están en su etapa de aprendizaje.

JJ/I