Reflexión sobre la codependencia

El amor puede terminar mal… y convertirse en codependencia.

Cuando se ve de lejos, no se puede entender por qué una pareja sigue viviendo bajo el mismo techo si ya no hay amor, si existen golpes y falta de respeto.

Bajo esa premisa llega Morir de amor, cinta de Jorge Araujo que se estrena este sábado en el Festival Internacional de Mérida.

“Esta cinta la comencé a rodar hace dos años, fue un proceso muy lento porque tuvo que salir lana de nuestros bolsillos y hacer una película no es nada barato, entonces la fuimos sacando conforme pudimos ir avanzando. Hicimos locaciones aquí en Guadalajara y en Los Ángeles”, comentó Jorge Araujo, quien tiene otras 17 historias en su trayectoria.

“Es la historia de dos matrimonios, uno en la ciudad de Los Ángeles y otro en Guadalajara, que están ligados con una enfermedad que se desarrolla en nuestra sociedad y que denominan como codependencia, vista como la madre de todas las adicciones, pues de ahí se desarrolla el alcoholismo, la drogadicción, la adicción al sexo, a la comida, a las personas”.

Reconoció que es un tema fuerte, pero que tenía la obligación de contarla y hacer reflexionar a la sociedad.

“Es una historia fuerte, pero muy real, y que demuestra al espectador que la vida no es color de rosa, es simplemente vida y muchas veces no es justa, y no todos los finales tienen un final feliz. Muchas relaciones terminan porque no se entienden las personas, una muerte puede provocar el final, lo interesante es el camino, no el final”.

En la cinta Morir de amor se cuenta con las actuaciones de Eduardo España, Mariana Guerrero, Patricia Lupercio, Frank Rodríguez y Luis Aldana.

Alejandro (Lalo España) es codependiente a su esposa Olga (Patricia Lupercio), una mujer adicta al sexo. Ambos viven muy infelices en Guadalajara y Alejandro le confiesa todo a su amigo Armando (Frank Rodríguez). Beatriz (Mariana Guerrero) es una mujer que vive en Los Ángeles con Mario (Luis Aldana), un marido adicto a la heroína. Sus vidas se cruzan y es cuando se dan cuenta dónde están parados los cuatro

Aunque la película no competirá en Mérida, Araujo está feliz de que el estreno sea en la tierra de sus abuelos.

“Me estoy arriesgando mucho con un tema muy fuerte, es un drama, yo sé que ahora la moda es la comedia, la gente se quiere divertir y está bien, pero también hay que darles algo para pensar, es un tema que te hará reflexionar”, comentó Araujo.

Para Morir de amor viene una época de festivales. A Guadalajara llegará a cerrar la Fiesta del Cine Mexicano el 29 de septiembre, después se va al Festival de Cabos, y están por definir si cierra o abre el festival de Cine de Tequila en 2018, también irá a Estados Unidos a otros festivales.

“Es una cinta que no tiene fronteras, es un tema universal, sucede en México y Estados Unidos, la mitad de la cinta se habla en español y la otra en inglés. El tratamiento es interesante para mercados de otros países”.

Es una cinta con sello tapatío porque sólo Luis Aldana no es de Guadalajara, el crew en su mayoría es local.

“Para mí es muy importante llegar a festival de Cine de Tequila porque la primera película que hice hace más de 28 años fue en Tequila, será muy bonito regresar y recordar cuando me lancé a la aventura de hacer películas”.

“Sin fijarme en el mercado, y en si voy a recuperar el dinero invertido o no, lo único que quería era contar esta historia, no era apostar a la segura, a una comedia, lo interesante era dar este mensaje a la sociedad, habla de codependencia en la sociedad y a la familia que se lleva de paso a todos”.

“Es una historia fuerte, pero muy real, y que demuestra al espectador que la vida no es color de rosa, es simplemente vida y muchas veces no es justa, y no todos los finales tienen un final feliz”

“Me estoy arriesgando mucho con un tema muy fuerte, es un drama, yo sé que ahora la moda es la comedia”
Jorge Araujo, cineasta

JJ/I