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Los López amparándose
Porque nos la quitaron
El cine mexicano ha estado vivo en la última década gracias a un puñado de directores, pero uno de ellos falleció hace unos días: Eugenio Polgovsky.
Su primer documental Trópico de cáncer ganó la segunda edición del entonces Festival Internacional de Cine de la Ciudad de México en 2005.
Ese año, fiel a su estilo, las instituciones de la cinematografía nacional produjeron 90 por ciento de basura con películas como: Cañitas, de Julio César Estrada, basado en una joya de la literatura de terror escrita por un bufón que caza fantasmas en la televisión.
Las Buenrostro, de Busi Cortés. Mis respetos a la disciplina de los críticos que llegaron al final de esta película. De valores ultraderechistas y además de no contar nada, promovía la fundación Vamos México de Martha Sahagún de Fox. Un insulto al espectador.
2005 también será recordado porque engendró Cicatrices, de Francisco del Toro. Una película que le enseña a las mujeres que por el amor a Dios deben perdonar a sus maridos golpeadores. Si la cinta fuera independiente, ni modo, hay fanáticos retrógrados. Pero esta cinta fue apoyada por el Imcine y presentada en festivales nacionales.
La lista podría continuar, pero ese año cuando el cine mexicano contaba estas cosas, otro cine también se estrenaba con ficciones como Noticias lejanas, de Ricardo Benet; y documentales como 1973, de Antonino Isordia; Toro Negro, de Pedro González Rubio y Carlos Armella; y Trópico de cáncer, de Polgovsky.
En la sinopsis de ésta se leía: testimonio de las familias del desierto de San Luis Potosí que sobreviven de la cacería de animales que consumen y venden en las carreteras.
Este era otro cine, era contundente, era otro México y era real.
De ahí vinieron Los herederos (2008), Un salto de vida (2012), Mitote (2012) y Resurrección (2016).
Su trabajo retrató a los niños olvidados en el país, a los adultos olvidados, la corrupción, la injusticia y la desesperación. Le Monde le llamó “mago del cine”, y su Trópico de cáncer inspiró la gira Ambulante.
Eugenio creía en el documental porque invitaba a la reflexión, que a su vez podría llevarnos a una sociedad más humana.
Hoy, en plena crisis política la cartelera anuncia otra película mexicana. Una comedia titulada Hazlo como hombre.
Sin palabras.
Pobre país y su pobre cine sin Eugenio Polgovsky.
FV/I