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Impulso al calzado hecho a la medida

Diseña zapatos a la medida y su principal mercado son las mujeres que siempre buscan combinar la ropa con el calzado.

Comodidad y trato personalizado es lo que ofrece Martha Leticia Medel Terrones, joven emprendedora quien conoció el oficio de la elaboración de calzado gracias a su padre y abuelo.

Creció jugando en el taller de su familia y junto con sus hermanos algunas veces ayudaban en la fábrica. Recuerda que al crecer cada hermano fue tomando su camino y haciendo su carrera de tal forma que abandonaron el oficio.

Martha Leticia Medel, estudió la licenciatura en Artes Visuales Plásticas en la Universidad de Guadalajara (UdeG) y desde hace año y medio decidió retomar el oficio de hacer calzado, al que aún se dedica su padre.

Hace diseños personalizados ya que, literalmente, toma la medida de sus clientas (tanto lo largo del pie, lo ancho y el empeine). Escucha la idea de las personas y les muestra el material que tiene, si no les gusta se compromete a buscarlo para que el calzado quede como la clienta lo desea.

“Yo lo diseño, consigo el material, lo corto y hago todo el proceso y mi papá me ayuda en el pespunte y prácticamente termino el calzado hasta la entrega al cliente”.

La producción es 100 por ciento artesanal y produce 20 pares de calzado a la semana en una empresa totalmente tapatía. “Casi todo se hace a mano, por eso decimos que es artesanal y no quisiera que la producción fuera en grandes series porque entonces perderían los detalles”.

Medel Terrones dijo que sus modelos los modifican conforme al gusto de los clientes, “les puedo agregar o quitar piezas o accesorios, modificar la altura del zapato, como me lo pidan, es un trabajo personalizado”.

Modelos especiales

Martha Leticia dijo que realiza modelos para eventos especiales como bodas o 15 años, en los que incluso el calzado puede ir con la tela del vestido de la festejada y obviamente con el diseño elegido.

“Hay algunos que llevan bordados, pedrería, otros más elaborados en lo que tenemos que auxiliarnos de llevar a otro lado a que nos hagan un bordado especial si es que no tenemos esa maquinaria”.

Agregó que para su boda hace apenas siete meses, diseño sus zapatos y los de sus damas de honor.

Agregó que el calzado se comercializa en algunas zapaterías y a través de sus redes sociales. En Facebook se puede encontrar su empresa como Calzado Medel.

“La gente es la que me busca y me contacta para que les haga los zapatos. Aprendí todo de mi familia y he querido seguir capacitándome porque eso es importante pero los cursos de calzado y diseño son muy costosos. Está el Centro de Diseño de la Cámara del Calzado pero el costo es de cerca de 10 mil pesos y en este momento no puedo costearlo. Además son sólo dos veces al año”.

Es en la calle Federación, al oriente de la ciudad, es donde se encuentran los proveedores de materia prima para el calzado como piel, material sintético, textil, hebillas, forros y todo tipo de marroquinería.

El material mexicano es más caro que el importado de origen chino, taiwanés o coreano. “No sé porque pero me preguntan si lo quieres nacional te cuesta tanto o de importación es otro precio y resulta ser más barato. Lo más caro es la piel porque hay que comprar la pieza completa de la res, no venden sólo un metro o medio metro”.

En la empresa intervienen tres personas, Martha Leticia, su esposo Eduardo Hernández y su papá, Jorge Medel.

“Mi esposo me ayuda a ver los proveedores y a entregar a los clientes, mi papá en el pespunte y pegado de suela porque es un poco peligroso ya que se maneja calor a altas temperaturas y el resto todo el armado y diseño lo hago yo. No quiero que se pierda el detalle y lo personalizado”.

Colecciones existosas

Lety, como la llaman cariñosamente sus amigos y familiares, realizó en el año 2016 la Colección Flat de 12 pares de calzado meramente de piso con gran éxito y este año dice que la moda son las plataformas.

“Tengo amigas que vienen, escogen los materiales y así les hago los zapatos. Hay otras personas que si no pueden venir les pido que se midan los pies y les doy las indicaciones para que les queden bien”.

La mayoría de sus clientas son mujeres entre 18 y 30 años, pero también las mamás de esas jóvenes.

El calzado ya se ha enviado a Estados Unidos y a varios estados de nuestro país como Puebla, Colima y la Ciudad de México.

Los precios son accesibles y pueden ir de 150 pesos en guarache sencillo a los más costosos con bordados en 400 pesos, mientras que unos zapatos de novia pueden costar entre 600 y 700 pesos.

“El calzado sigue siendo negocio porque las mujeres no tenemos límite para comprar, queremos de todos los colores y más con el plus que les ofrezco de que ellas elijan el diseño”.

El problema de la falta de oficio

El mayor problema al que se enfrenta Leticia Medel es el de conseguir el material y personal capacitado que la auxilie ya que en el caso en los jóvenes se han olvidado de los oficios.

“Las nuevas tendencias para evitar la crueldad animal hacen que se utilicen también otro tipo de materiales como lo sintético”.

Dice que alrededor de 60 por ciento de la mercancía que se vende por la calle Federación es importada y es un poco más barata que la nacional. “Lo más caro es la piel”.

"El calzado sigue siendo negocio porque las mujeres no tenemos límite para comprar zapatos, queremos de todos los colores y más con el plus que les ofrezco que ellas elijan”
Martha Leticia Medel, empresaria

20 pares de calzado personalizado realizan a la semana

60 por ciento de la mercancía que se vende por la calle Federación es importada

3 personas participan en la elaboración de Calzado Medel

JJ/I