Trump se queda solo

Conforme pasan los días, el presidente Donald Trump se va quedando solo, su Presidencia se desmorona y quienes eran sus más cercanos, se han ido. Su mundo parece estar de cabeza, mientras él se aferra con fuerza a las últimas cartas que le quedan, sobre todo desde lo ocurrido en Charlottesville, donde se puso a prueba la capacidad del presidente estadounidense, para manejar de forma políticamente correcta esta crisis que divide al país y parece regresarlo a siglos pasados, cuando la nación se separaba por colores.

Evidentemente Trump no pasó la prueba, el mundo entero ha condenado sus polémicas declaraciones – en las que  afirma que entre los manifestantes del alt-right y de la supremacía blanca hay gente muy valiosa– y la controversia ha orillado al presidente a prescindir de Steve Bannon, estratega en jefe de la Casa Blanca, quien había sido uno de los hombres claves de su gobierno y el que ha decir de muchos es el responsable de las posturas radicales del magnate estadounidense.

La realidad es que el despido de Bannon en un momento como éste no fue una gran sorpresa, sobre todo porque Trump necesitaba con urgencia distanciarse del ala más extrema o radical de la sociedad estadounidense, porque a partir de Charlottesville su imagen ha estado más unida que nunca al racismo blanco que ha levantado con más fuerza su voz para exigir se cumplan las promesas de campaña del ahora presidente, lo que está provocando una grave ruptura social en una nación que parece no encontrar la fórmula correcta para aprender a adaptarse a los cambios que implica la apertura global que hoy por hoy ocurre.

Sin embargo, lo que en definitiva ha sido una gran sorpresa es la reacción de Bannon después de su salida, ya que en una entrevista aseguró que la Presidencia de Trump se encuentra acabada y las promesas de campaña van a ser mucho más difíciles de cumplir, por lo que él está decidido a seguir luchando por la agenda del presidente e incluso ir a la guerra en contra de sus oponentes.

Estas declaraciones podrían no significar mucho, porque la debacle de este gobierno es algo de lo que se habla todos los días; sin embargo, al venir de quien en su momento confió al cien por ciento en Trump, es mucho más significativo, por lo que hoy la pregunta es si es verdad que el presidente estadounidense, está dispuesto a negociar inmunidad y renunciar a su puesto, para evitar enfrentar a la justicia por el tema de la intervención rusa en las elecciones.

Quizá Bannon en los próximos días nos de la respuesta, porque evidentemente está dispuesto a hablar aún más.

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JJ/I