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El nombre del juego

Razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso! ¿Sugestionar? ¡Qué fácil, rápido y barato!
Santiago Ramón y Cajal

 

 

Reanudamos nuestras reflexiones semanales después de breve periodo de escasez informativa por el receso del verano, y a pocas semanas de que inicie el esperado –y por muchos temido– proceso electoral de 2018.

Tras 20 meses de encabezar un gobierno concentrado en impulsar las llamadas reformas estructurales que, a decir del presidente Enrique Peña Nieto, traerían a México desarrollo, inició una cadena de errores que llevaron el festejo triunfalista a una pendiente que, con el tiempo, se fue inclinando cada vez más.

Las estrategias trazadas por los consejeros presidenciales fueron llevando al mandatario a decisiones mal tomadas y una pésima comunicación con la ciudadanía; despropósitos todos que, uno tras otro, llevaron a Enrique Peña Nieto hasta el dudoso honor de ser el presidente peor calificado de nuestro país.

 

Grandes problemas

Regresando al proceso de 2018, con esto a cuestas, el PRI arranca desde una posición de franca desventaja; sin embargo, los demás partidos grandes no están en condiciones mucho mejores para la contienda. El PAN y el PRD están divididos, entre sus grupos internos hay brechas tan grandes que se ve imposible que cierren filas en torno a un mismo candidato, lo que aumentará la fractura dentro de esas organizaciones.

Para los partidos sería un grave problema un mal resultado, no por la pérdida de posiciones de poder, sino por la disminución en sus ingresos derivada de la falta de votos. Ingresos que, dijimos, salen de la bolsa del ciudadano y entregados por el INE, como lo establece la ley vigente, con gran generosidad.

 

Chiquillada

La conocida chiquillada –Verde, Panal, PT y Movimiento Ciudadano– buscará, como siempre, alianzas para mantener el registro y seguir pegada a la ubre presupuestal, monto aportado por todos mediante el pago de impuestos y demás contribuciones que impone el gobierno.

Excepción en Jalisco es Movimiento Ciudadano, que podría tener fuerza suficiente para vencer en el proceso, aunque nada garantiza que un buen candidato de partido político, combinado con los constantes errores del alcalde Enrique Alfaro, el mejor aspirante a la gubernatura en encuestas hoy, echen por tierra ese pronóstico.

 

¿Regeneración o reciclaje?

Por ahora, el que pinta en las encuestas es el partido Movimiento Regeneración Nacional. No es de extrañar considerando que Andrés Manuel López Obrador –el único candidato a la Presidencia definido a la fecha– lleva la friolera de 18 años continuos en campaña promoviendo, básicamente, su imagen, vinculada ahora al Morena, franquicia de su propiedad. Es decir, no tiene aún enfrente a nadie que responda sus mentiras o verdades a medias y le dispute los múltiples espacios en que aparece, tanto en persona, como en medios publicitarios.

Justo es decir que Morena recicla militantes de otros partidos que, como el propio AMLO, dejaron porque no les prestaron la sonaja, o sea, son iguales o peores que los actuales.

 

El juego

La moda hoy para los políticos de todos los partidos –incluidos los de Morena– es lanzarse como aspirantes, formar grupos de apoyo, presentarse en todo foro posible, aparecer en las noticias, publicar y presentar libros, ofrecer conferencias y muchas otras actividades públicas con tal de mostrar músculo. Entonces, cuando llegue el momento de las definiciones, pondrán sobre la mesa su nutrido costal de canicas que entregarán al mejor postor. Será el candidato que más posiciones y beneficios ofrezca a cambio del apoyo de esos otros suspirantes quien obtendrá la promoción y el voto de esos seguidores: vende caro tu amor, aventurera.

@BenitoMArteaga

JJ/I