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Sobrevivir al dedazo

No hay mayor desmotivación para un deportista que trabajar para representar a México como si fuera profesional, aunque se viva peor que un amateur por la falta de apoyos. Y si a este tema se le agregan como escollo los problemas extradeportivos en los que no quedan claras las convocatorias y se elige por dedazo a quienes llevarán la representación de un país, entonces el mal que es un resfriado se convirtió ya en neumonía.

Pasa que el problema entre federaciones y Comisión Nacional del Deporte, además de afectar el tema de presupuesto para impulsar a deportistas en el fogueo internacional, ahora es también un tema de criterios opacos para definir cuáles atletas asistirán a las competencias, pues quien aportar el dinero es al final quien decide cómo, cuándo y quiénes viajan sin importar el que se haya presentado una convocatoria previa.

El tema ya preocupa a los deportistas, puesto que se avecina el ciclo olímpico, y 2017 ya se perdió para muchos.

Sucedió rumbo a la Universiada Mundialm en donde pese a las competencias previas al final se presentó una lista en la que no se respetaron los criterios previos de selección y hubo casos lamentables como el de Brenda Lúa, campeona mexicana universitaria en menos de 49 kilógramos a quien simplemente no le recibieron sus documentos de registro para la competencia y sólo le informaron que “la olímpica es la que va” (Itzel Manjarrez).

La UVM envió cartas a la Conade y al Condde para pedir que se haga la evaluación o que Brenda tenga el pase directo a la Universiada Mundial porque en las juntas técnicas jamás se dijo que habría atletas sembrados de forma directa, pero el tema no se resolvió.

Sucedió también en competencias como el Campeonato Mundial de Pentatlón en el que la Federación exige a sus deportistas que se presenten a tres nacionales, en diciembre, enero y febrero, de ahí surgieron los representantes para los eventos de la serie Copa del Mundo y el Mundial. Con Álvaro Sandoval, Manuel Padilla, Abraham Camacho, Melchor Silva y Juan Pérez se consolidó la preselección, los dos primeros como líderes preseleccionados y a quienes se les cumplió el apoyo para el Mundial, pero sin dar explicación se subió al avión como seleccionado mexicano un tercero, Jorge Inzunza.

Desgaste emocional, decepción y sobre todo dedazo, la acción que más violenta la democracia, impera en el arranque del ciclo olímpico, un tema que debe impugnarse porque las convocatorias opacas parecían tema del pasado y resurgen en el nacimiento de un ciclo olímpico con la expiración de un sexenio.

@PatyPenia

JJ/I