Rulfo fue un artífice de la realidad: Villoro

La obra de Juan Rulfo, según el escritor y cronista Juan Villoro, más que de voces, se compone de ecos, más que de luces está dotada de sombras. Así lo describió al mediodía de ayer en una conferencia que impartió como parte de la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega, titulada Historia y mito en Juan Rulfo, pues, aseguró, son los cruces de estos dos conceptos las características que atraviesan y definen su obra.

Durante la charla en el Paranindo de la Universidad de Guadalajara, Villoro reflexionó sobre varios aspectos de la obra del escritor mexicano más celebrado, sobre todo centrándose en Pedro Páramo, de la que señaló la maestría para usar el tiempo y las otras maneras de poner en el papel la historia de varios movimientos sociales del siglo 20 a través del mito.

Apuntó también que se ha asociado a Rulfo con méritos más antropológicos que literarios, pues a pesar de que su obra ha sido definida como una literatura de perfección absoluta en la forma y donde el largo y dilatado silencio del autor se convirtió en una caja de resonancia, se le sigue viendo sólo como un autor que fue un espejo de su actualidad.

“Es regatearle méritos estéticos a Rulfo pensar que su obra es una réplica de la realidad o un espejo y no una reinvención de la realidad”, dijo Villoro. “Él supo crear una obra única, en donde es claro que se vuelve un artífice de la realidad. La verdad histórica es que ningún campesino habla como escribió Rulfo, pero también ningún campesino ha sonado tan genuino como en los diálogos de Rulfo. Esa naturalidad es incluso superior a la que podemos encontrar en el mundo de los hechos”.

También refirió que, entre otras cosas, es importante señalar lo universal de la obra de Rulfo, que muchos no están dispuestos a ver en sus historias, algo que señaló como “lo local sin fronteras”.

“Aunque lo cierto es que la literatura de Rulfo combina ciertos recursos que él puso en el servicio de temas que no han dejado de ser actuales. Estoy pensando en los asuntos que le dolieron lo suficiente para convertirlos en sustancia narrativa y que no han dejado de tener para nosotros una importancia capital. La dolorosa actualidad de sus temas. Cuentos como Paso del Norte no han dejado de tener actualidad, esta historia de migrantes, o la de los pueblos fantasma como Luvina, toma importancia en tiempos de Donald Trump”, dijo.

Atravesados por la violencia, a veces intrafamiliar, discriminación y desigualdad de género amparada por la impunidad: los temas de sus cuentos es cierto que no han dejado de acontecer en el país. “Un país violento que no ha podido establecer la paz consigo mismo y la figura del cacique el patriarca que se exacerba en Pedro Páramo, pero seguimos viendo toda suerte de caciques que deciden confundir lo público con lo privado y ejercer el poder como si estuvieran disponiendo de su propio testimonio; recuerda a Javier Duarte, en particular, pero a muchos otros miembros de la política mexicana”.

Casi para concluir la charla, Villoro dijo que si algo tenemos que aprender de Rulfo es sobre los personajes de Pedro Páramo: desamparados y empobrecidos hasta el extremo, sin nadie que cuente sus historias, la condición de existencia de estas almas en pena que no pueden transitar hacia ese otro mundo.

“Se puede hacer una lectura política de la obra sin ampararnos en ninguna ideología”, dijo Villoro, “es clara la situación del despojo: personajes tan pobres que no tienen derecho a tener una historia. ¿Qué hacemos nosotros por los que no tienen historia? Alguien tiene que hacer algo, alguien tiene que salvarlos de eso, por decirlo de la manera más burda, alguien tiene que rezar por ellos y hacer un milagro para que lleguen hasta allá. Alguien tiene que sacarlos de ese devenir que no tienen futuro para que entren al campo de la historia”.

Por la tarde, Villoro se trasladó al Centro Universitario del Sur (CUSur) para encuentro con estudiantes, en Ciudad Guzmán, actividad que también formó parte de la Cátedra Gutiérrez Vega

“Es regatearle méritos estéticos a Rulfo pensar que su obra es una réplica de la realidad o un espejo y no una reinvención de la realidad”
Juan Villoro, escritor