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De Alba, entre el dulce y la hiel

MERECIDO. El jalisciense luce su trofeo ante el aplauso del público en la Nuevo Progreso. (Foto: Cortesía Gustavo Pelayo)

Se abrió ayer la temporada taurina en Guadalajara luego de siete meses de inactividad en la Plaza de Toros Nuevo Progreso. Tres de Jalisco inauguraron el serial novilleril, y el resultado fue una solitaria oreja con fuerza, cosechada por Arturo de Alba en el primero de su lote.

De Alba denotó ser el novillero con más sitio, entendimiento y experiencia. Regaló los mejores momentos de la tarde al enfrentarse al mejor astado de la lidia, su primero en turno.

Con el capote no logró acomodarse del todo, pero luego de las banderillas, el toro mostró su lado bondadoso, empleándose en tandas ligadas por la diestra desde de principio de la faena, cualidad que Arturo aprovechó para cuajar ligados muletazos por la diestra, de temple y largueza, que encendieron los tendidos al unísono de “¡ole!”

Arturo estuvo en toreo haciendo gala de clase, temple y sitio, aprovechando la bonanza de la res, con la que logró ir de menos a más para firmar muletazos de buena factura por ambas manos.

Dejó ver hondura en cada muletazo, con posibilidades de destacar en la profesión, y con idea y cabeza fría para pensar cada momento de la lidia. El tapatío se regocijó en naturales de calidad para poner entusiasta a la afición, que a pesar de las amenazas de lluvia hizo buena entrada en esta primera del serial.

De Alba remató la faena con muletazos en redondo, cuajando incluso la poncina y la luquecina, templado y en redondo, para llegar así al clímax de su faena.

Pudo haberse ido con las dos orejas, pero un pinchazo en su primer intento le arrebató dicha posibilidad. Su segundo viaje, de entera en sitio, le valió la oreja con fuerza pedida y concedida.

El contraste vino con el segundo de su lote, un toro de pocas opciones, sin acometida y de escasas posibilidades para el toreo de Arturo. Tuvo detalles de torería pero no trascendió, y lo más complicado de su actuación vino con la espada, con la que después de varios pinchazos escuchó los tres avisos y el toro fue devuelto vivo a los corrales.

A pesar de ello, la gente reconoció la labor de Arturo y no olvidó la faena de triunfo que regaló en su primero. Se fue entre palmas.

Poco que rescatar

Para Román no fue una tarde de triunfo, pero sí de voluntad. El oriundo de Yahualica, Jalisco, estuvo entregado en sus dos toros, y tuvo sus mejores momentos con el primero de la tarde, al que logró ligarle naturales de buena calidad.

Entusiasta pero cayendo en lo arrebatado, Román hizo lo posible por triunfar, pero no redondeó sus actuaciones y, tras los fallos con la espada, se tuvo que ir en silencio.

El tercero en turno, Alejandro Fernández, pasó desapercibido. Ofreció una discreta actuación, mostrándose justo de valor y sin lograr transmitir a los tendidos; falló con la espada en sus dos toros y se fue en blanco tras silencio del público.

Minuto de silencio

Previo a concluir el paseíllo, la autoridad de plaza pidió un minuto de silencia en memoria de las víctimas del sismo de la semana pasada. Igualmente se honró la memoria del cronista taurino Francisco Baruqui Michel, fallecido en España hace cuatro meses

Lo que viene

La segunda novillada del serial tendrá lugar el domingo en punto de las 17 horas. El cartel lo conforman Juan Pedro Herrera, Francisco Martínez y Mariano Sescosse, con astados del hierro de Fernando Lomelí

JJ/I