Frida

Si alguien quiere una teoría de conspiración busque el significado del nombre Frida: “Princesa de la paz” (aquí provoca una guerra). Si quiere abundar que acuda a la numerología, Frida es nombre dos, que se atribuye las personas que son buenos amigos y las mujeres que llevan ese nombre tienen trabajos relacionados a la psicología. Las Frida son mujeres que afrontan la vida con valentía y audacia. Sofía proviene de sabiduría. Sí, seguro en todo eso pensó el inventor del mito urbano Frida Sofía, la niña sobreviviente bajo los escombros de la escuela Enrique Rébsamen, que nunca existió.

Estuvimos ante un mito urbano, que es esa historia que se alimenta del deseo colectivo de esperanza y surgen, habitualmente, ante una saturación informativa que agobia al colectivo, la cual busca un desfogue, un espacio informal para explicar una emoción intensa, arrolladora al entendimiento. Que en los medios de comunicación haya cobrado fuerza, se debió a la naturaleza misma de la tragedia: el imaginario de un dolor desmedido se trasladó a la posibilidad de esperanza, de que no doliera tanto, y entre los medios y sus audiencias se construyó este mito urbano al que se le acomodaron las piezas, al son de “el rescatista dijo, el almirante me confirmó, lo escuché” que debe tratarse como un “lo quise ver, lo quise decir, lo quise creer”. Frida Sofía no fue una fábula porque no la protagonizaba un animal ni un objeto inanimado, tampoco tenía una moraleja.

¿Por qué Televisa lidera la atención de los ataques? Por la representación de poder. Por llevar al melodrama la narración de una tragedia, mérito de Danielle Dithurbide y porque la televisora fue la primera en fijar la atención en la escuela donde murieron niños. En sus intervenciones, los conductores se aferraron a convertirla en símbolo e insistieron en ello explícitamente. La construcción de una noticia trágica tiene mayor impacto al enumerar niños y mujeres muertos, no lo olviden. Todos los demás se sumaron y todos perdieron.

Televisa alcanzó ratings históricos, de acuerdo a una medición a la que tuve acceso, promedió 30 puntos, lo que equivale a unos 37 millones de personas, pero alcanzó hasta 38 puntos en horarios donde no llegan ni a 20. Tras revelarse el mito, cayeron a 15 puntos en promedio, pero tocaron los 9 o 10 puntos. De ese tamaño fue el daño.

Según la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana del INEGI, en el segundo trimestre de 2017 la gente se informaba de las malas noticias por los noticieros de televisión (68.1%), habían subido un poco respecto al primer trimestre y eso se fue a la basura. Me pregunto qué tanto cambiarán los hábitos después del 21 de septiembre. Conspiren: ¿es casual que la perrita heroína del sismo se llame Frida?

@WhoIsFranco

FV//