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Sólo buena voluntad

(Foto: Alfonso Hernández)

La tercera fecha del serial novilleril en la Plaza de Toros Nuevo Progreso de Guadalajara pasó desapercibida dado el mal juego general que ofrecieron los astados de la ganadería de El Garambullo.

Deslucidos, sin casta y de poco juego fue el común denominador de los seis ejemplares, que poco aportaron para un resultado de triunfo.

En cuanto a los novilleros, la voluntad, decisión y tesón fue la máxima en la tarde de ayer. A pesar del verdor que los dos mexicanos mostraron, dejaron notar ganas de triunfo, pero la poca materia prima les obligó a sólo escuchar palmas en cada una de sus actuaciones, yéndose en blanco tras el poco motor de sus lotes.

Iván Hernández fue el primero en el cartel, y pechó con dos astados de nulas opciones, aunque el torero estuvo tesonero en el par de actuaciones, nada pudo hacer ante las dificultades de sus novillos, destacando por breves instantes en pases que se le jalearon, pero sin ligar tandas. A pesar de ello la afición le premió su labor y esmero con una ovación.

Por su parte, Ricardo de Santiago ofreció a la afición los momentos más emotivos, esto tras lidiar con su segundo toro de la tarde. Aunque el astado no ofreció cualidades para el toreo ligado, el diestro supo echarse a la bolsa a la afición, cubriendo en éste los tres tercios y resultando a la vez ovacionado fuertemente tras los tres pares de banderillas que ejecutó de buena manera.

Con la muleta sólo consiguió detalles esporádicos, pues el astado no colaboró para la lidia con muleta. El trabajo y la voluntad se le vieron reflejados a De Santiago con una vuelta al ruedo tras acabar con la vida de su ejemplar, al que mató de tres intentos y una estocada en sitio.

El más novel del cartel fue el español Marcos Pérez, que demostró escuela, oficio y técnica, sobre todo en el primer toro de su lote, un astado que si bien no fue para destacar, le permitió al ibérico mostrarse ante la afición tapatía, que supo reconocer sus cualidades.

Con el segundo el español no tuvo suerte, pues aunque fue el toro de más estampa tuvo un juego nulo con la muleta, regateando embestidas, sin bravura ni casta, lo que impidió a Marcos ligar siquiera un tanda con la zarga.

Así, se fue la tercera novillada del serial; árida, sin emoción y con una novillada sin opciones para el triunfo.

JJ/I