Pimienta

Hay que reclamar y exigir a los músicos para que respondan a su tiempo y circunstancias. El documental It was fifty years ago today! The Beatles: Sgt. Pepper & beyond, (Alan G. Parker, 2017) que se estrenó en los cines en mayo y hace unos días llegó a Netflix, muestra cómo la banda de Liverpool le hizo caso a su instinto, a su historia y su integridad.

Resalta cómo se retrata el papel de Brian Epstein y cómo dejó de ser funcional para el grupo que prefirió hablar de sus calles y su entorno que seguir las formas estadounidenses, se hicieron absolutamente ingleses, nativos de Liverpool y a eso le agregaron experimentación musical.

Se habla de cómo, además de músicos, tenían un nivel académico que los acercó al arte, leían, admiraban a pintores y El Sargento Pimienta hilvanó sus pasiones artísticas con si historia personal, desde la portada que inspiró una fotografía personal de McCartney, ¿cuántos músicos buscan el arte y escudriñan su vida para generar una obra?, ¿cuántos artistas leen (eso evitaría cachetadas a reporteros) y reflejan su vida en medio de un entorno social?

Alan G. Parker desglosa la mitología detrás de las canciones del álbum, coloca la obra en su tiempo, sin email ni ganas de hacer negocio de, por ejemplo, la transcripciones de las letras del disco que fueron tiradas a la basura. El documental habla de aspectos legales, de cómo los medios de comunicación hicieron leña del grupo, de cómo Epstein influía en el negocio y cómo el ego aplastó la relación entre los músicos.

Se habla del Lennon rebelde, pero inspirado y poeta, del McCartney líder e innovador (discutamos otra vez quién era el mejor), pero se expresa que ambos se pertenecían y no hubieran existido uno sin el otro (lean el cuento En busca de la pareja eléctrica de Enrique Vila-Matas), que ambos eran agradecidos con los amigos, que cada elemento lo penaban, desde el arte interior del disco, considerado el mejor de la historia, hasta el aroma que sus fans encontrarían al abrirlo.

Este año Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band cumplió su 50 aniversario y es tan fresco y actual como en su momento. La historia contada por Alan G. Parker deberíamos trasladarla a nuestros artistas favoritos para medir su trascendencia y la solidez de su proyecto, si es arte o no, si pasará la prueba del tiempo, pero todo si cumple los parámetros de integridad. The Beatles no lo sabían y qué bueno, pero nos dejaron el parámetro que casi nadie si quiera se pone a imaginar o intentar, así de cruel el mundo.

@WhoIsFranco

FV/I