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Independencias

¿En qué consiste la autonomía de los pueblos? ¿Existe alguna unidad indivisible y viable para la creación de una nación? Me hago estas preguntas en relación a lo que está aconteciendo en España, en particular en la región autónoma de Cataluña, y lo que significa para el orden internacional moderno.

En las últimas décadas hemos visto movimientos independentistas con diferentes grados de éxito o que han terminado de muy diferente manera. Vimos la disolución de Checoslovaquia y de Yugoslavia, esta última tan violenta que dio paso al término balcanización cuando un estado termina desintegrándose en pequeñas naciones a través de la guerra. En otros casos, presenciamos la separación de un país para convertirse en un grupo de estados independientes como Ucrania, Letonia o Estonia que se separaron pacíficamente de la URSS; no así Chechenia o Crimea. También hemos sido testigos de movimientos independentistas que dejaron las armas en pro del diálogo político a pesar de que no lograron su objetivo, como es el caso del País Vasco.

Las fronteras nacionales son construcciones sociales; no existe en realidad nada que los delimite de forma natural, ni siquiera los océanos las han dividido (en un determinado momento, las colonias del imperio británico cubrían gran parte del mundo, de manera que se decía que el Sol nunca se ponía en el imperio). Las guerras han dibujado continuamente los mapas, y nuevos países no dejan de aparecer. Los europeos, el poder dominante en el siglo 19, se dieron a sí mismos la autoridad para intercambiar entre ellos territorios en Asia, en América, en África, sin tomar jamás en cuenta a quienes habitaban ahí previamente (en gran medida, la Primera Guerra Mundial es consecuencia de este toma y daca imperialista). Entonces, ¿por qué asumir que el estado actual de las cosas es el que debe permanecer?

Hace casi seis siglos que los reinos españoles se unieron bajo la corona de Fernando e Isabel, los Reyes Católicos, con la ausencia de los reinos de Navarra y de Portugal, que se anexarían después (este último regresaría a su independencia en 1640). ¿Por qué suponer que no existe mecanismo a través del cual las regiones puedan invocar su autonomía? El pasado referéndum en Cataluña mostró un fuerte deseo por la independencia, por más que dicho referéndum fuese ilegal y que estuviera viciado de origen. ¿Qué tendría que pasar para que un pueblo, con idioma, idiosincrasia, historia e identidad propias, pueda decidir su futuro? Escocia hizo un referéndum para determinar su permanencia en el Reino Unido después de que éste votara su salida de la Unión Europea (el llamado Brexit, que señalaba entre sus muchas razones la pérdida de la autonomía británica). Los canadienses han permitido hasta el momento dos votaciones para establecer si la provincia de Quebec se independiza o no. En ninguno de estos casos ha habido violencia.

Me parece que el gobierno español se equivoca en su cerrazón. Debe permitir la libre manifestación de la voluntad popular; el no hacerlo llevará inevitablemente a conflictos de mayor profundidad. El más reciente acontecimiento en esta creciente pugna es el llamado a la destitución del gobierno autónomo catalán y a convocar nuevas elecciones (lo que peligrosamente recuerda un golpe de Estado). Creo que, si el gobierno de Mariano Rajoy hubiera permitido que los catalanes votaran libremente, aquellos que desean permanecer dentro de España hubieran ganado, pero al impedir el ejercicio del voto están radicalizando a muchos catalanes, incluso a los moderados.

Espero que los españoles encuentren un mecanismo pacífico para resolver esta situación, en la que más que el imperio de la ley a secas, gane la voluntad popular.

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