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La pesadilla de la basura en Tapalpa

Tapalpa es uno de los Pueblos Mágicos favoritos de los tapatíos por una enorme cantidad de razones, entre ellas porque a solo dos horas de Guadalajara se disfruta de un bello bosque de pino y un pueblo acogedor totalmente opuesto a la ciudad, y aunque ese turismo regional da trabajo casi a la mitad de su gente, también abona un crítico problema ambiental que atraviesa el municipio, el de la basura.

Los turistas van, se alojan en las cabañas, disfrutan el pueblo, generan una cantidad de residuos y vuelven a sus lugares de origen, pero la basura se queda ahí, la acopia el servicio municipal y su destino quizá nadie se lo cuestione.

El problema no es que la gente vaya y genere basura; eso pasa en todos los destinos. El problema es que el Ayuntamiento de Tapalpa desde hace años ha estado haciendo caso omiso a las pésimas condiciones en que ha operado su vertedero municipal, hasta el grado de llegar a un punto crítico de saturación que se le salió de las manos, y quienes padecen las consecuencias no son los visitantes, son las personas que allí viven.

El vertedero municipal en cuestión está ubicado a 3.5 kilómetros de la cabecera municipal, en una delegación llamada Atacco, y desde hace 20 años ha sido el destino final de los residuos domésticos tanto de la población local como de la flotante, que dispara considerablemente el volumen de basura en Tapalpa.

Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente estatal, la Semadet, en el año 2000 se generaban 10 toneladas diarias de residuos domésticos, para 2013 ya eran 17 toneladas y, a la fecha, oscilan entre las 25 y 30 diarias, que se multiplican por tres los fines de semana en que se detona el turismo.

Desde 2013 ya estaba registrada en la dependencia la pésima condición del vertedero y, según un informe de la Semadet de ese año, el gobierno municipal en turno prometió tener un relleno sanitario nuevo para depositar ahí sus residuos junto con su vecino Atemajac de Brizuela. A la fecha, no solamente no hay otro depósito, sino que el 31 de octubre es la fecha fatal para el abandono del actual y no hay plan B.

La infraestructura que sí se planeó en el gobierno del presidente en turno, Antonio Morales, junto con la Semadet, fue instalar una planta de transferencia donde sólo llegaría la basura para separarla y clasificarla, pero se enviaría a su disposición final a un relleno fuera del municipio. Sí, la obra empezó hace un par de meses, pero justo el viernes fue clausurada por omitir documentos que midieran su impacto ambiental y planearan su mitigación.

El problema del presidente municipal es mayor, pues aunque se apure con los documentos, la planta no lograría estar lista para el lunes 31, ¿qué pasará con los residuos entonces? Es la pregunta que debe responder.

Mientras estos temas administrativos y ambientales se complican, también lo hace el social. La gente de Tapalpa ha estado sumamente activa este año para marcarle el paso al presidente y exigirle el merecido cierre del vertedero de Atacco, que les ha detonado problemas gastrointestinales, dolores de cabeza, contaminación de agua, suelo, muerte de ganado y un entorno social enfermo.

Los ciudadanos y la Semadet ya tienen en la mira al presidente y a Tapalpa, pero también está en riesgo su continuidad como Pueblo Mágico, ya que la Secretaría de Turismo exige el factor de sustentabilidad y adecuado manejo de residuos como una condición para mantener la marca y lo que eso implica.

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