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Creencias y prácticas religiosas

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el catolicismo sigue predominando en nuestro país como la práctica religiosa con más feligreses. Esta religión tiene más de 90 millones de seguidores, lo que representa 82.7 por ciento de los habitantes de México. Sin embargo, otras denominaciones religiosas están emergiendo y estableciéndose a lo largo del territorio nacional y el panorama de las creencias es cada vez más heterogéneo.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación, en México están registradas 6 mil 484 asociaciones religiosas: 2 mil 969 católicas, mil 690 pentecostés, mil 580 bautistas, 67 presbiterianas, 53 espiritualistas, 24 ortodoxas, 14 adventistas, nueve luteranas, nueve judías, ocho budistas, seis metodistas, cinco de la Luz del Mundo, cuatro 4 científicas cristianas, cuatro “nuevas expresiones”, tres hinduistas, dos testigos de Jehová, dos krishnas, dos islámicas, una anglicana, una de mormones y una del Ejército de Salvación.

Para dar cuenta de esta diversidad, el jueves pasado en El Colegio de Jalisco se presentaron los resultados de la Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas en México. El ejercicio demoscópico tiene como intención determinar la situación de los mexicanos en torno a sus creencias y sus hábitos religiosos, y hacer una comparación entre las diversas regiones geográficas del país.

De acuerdo con los resultados, la región centro-occidente y centro-norte es la que observa el mayor número de personas que pertenecen a una corriente de creencia religiosa, con 98.1 por ciento; mientras que en la zona Pacífico-sur y sureste está el mayor número de encuestados que dijeron no pertenecer a ninguna religión, con 8.1 por ciento, quienes agregaron que no lo hacen porque son “librepensadores” (15 por ciento), porque no cree en una autoridad religiosa y tiene sus propias creencias (15) o porque “todas las religiones son falsas” (14).

Asimismo, 10.4 por ciento de los encuestados afirmó que ha cambiado de religión o la ha dejado. De este grupo de mexicanos, 57 por ciento dijo que su anterior religión era la católica. El principal argumento del abandono de su organización religiosa fue porque ésta “ya no le satisfacía” (17) o porque “su religión actual se apega a los fundamentos bíblicos” (16.8).

Cuando se les inquirió el motivo por haber abandonado su religión o convertido a otro dogma, la mayoría aseveró que “por decisión personal” (22 por ciento), “no conocen su propia religión” (19), “se decepcionaron de su religión” (17) o porque “les lavan el cerebro”. De los católicos fueron el grupo que más cambió de culto, alegando que “en su religión actual encontró ayuda económica y solidaridad” (31 por ciento) o porque el catolicismo “ya no le satisfacía” (15.2).

No hay duda de que esta nueva fisonomía de las prácticas religiosas en nuestro país está cambiando día con día. Ésta es una muestra de la diversidad y heterogeneidad de nuestra sociedad y que las nuevas generaciones experimentan la religiosidad y la fe de forma abierta y libre. De acuerdo con los resultados de la encuesta, 42 por ciento de los entrevistados afirmaron que su identificación en términos religiosos se debe a que es creyente “por tradición” y mientras que “por convicción”, sólo 28.

Sin embargo, la diversidad religiosa que ahora se observa en México también está dando pie a que los casos de discriminación por motivos de creencias en torno a la fe ocurran con mayor frecuencia. Las minorías religiosas principalmente en zonas rurales e indígenas se ven acosadas y marginadas de sus comunidades. Una asignatura pendiente en nuestra sociedad es fomentar el respeto de las diferencias y promover la tolerancia.

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JJ/I