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Familia, cultura cotidiana e Internet

Nos movemos hacia una situación en la que cada quien elige su cultura cotidiana, y esta nueva cultura cotidiana está marcada por el autoritarismo y el individualismo. Es en este contexto en el cual las familias mexicanas intentan construir una nueva sociedad con cultura de paz, señaló en la cuarta Cumbre Iberoamericana de la Familia la maestra Consuelo Mendoza, de la Unión Nacional de Padres de Familia, en la conferencia La paz se construye desde la familia.

Por el clima de inseguridad y violencia, al que parece que la población se está acostumbrando, en este clima de agresión social, hoy los padres de familia dicen que en la lonchera de los hijos también hay que poner alimentos para el alma. En esta nueva vida y cultura cotidiana, el Internet y las redes sociales son los grandes educadores no formales.

Esta cultura cotidiana en la cual están inmersas las familias ya no fluye de arriba hacia abajo, sino que es crecientemente horizontal, lo cual da la oportunidad de una mayor democratización en la toma de decisiones. Por el Internet, ahora cada uno es editor, publicista, locutor y programa y contenido. También está el material que difunden los parientes, amigos, familia, colegas y personas extrañas. En las familias actuales se dan los disensos y cada quien arma su modelo de cómo funcionar en el entorno familiar. Los niños, adolescentes y jóvenes de hoy están aprendiendo una nueva forma de participar en lo social, a través de la herramienta del Internet.

Lo revolucionario es que ahora todos los integrantes de esta gran familia social, que quieren la paz, son emisores en las redes sociales como WhatsApp, Twitter, YouTube, Facebook y muchas otras; a la vez son microdifusores, sea porque crea material o porque eligen qué cosas reenviar, mensajes, chistes, videos y de manera asociada inevitablemente se transmiten formas de ver la vida, publicidad abierta o disfrazada e ideas políticas.

Por eso, hoy más que nunca es urgente construir la paz desde las familias, un modelo cultural que se basó anteriormente en los valores antiguos a través del ejemplo y del amor que aún sobrevive en los hogares.

Los jóvenes participan en las redes sociales creando cadenas de emoción y de información horizontales que tienden a uniformarse a su interior en cuanto a posiciones, enfoques políticos y demás intereses. En estas cadenas, si las aprovechamos, puede transitar una nueva cultura de paz.

En este sentido, no hay que esperar mucho de la clase política o que el sistema haga algo si no lo hacemos en nuestros hogares. ¿Por qué? Porque las instituciones políticas están confundidas.

El poder político siente que en lo ideológico no es ya tomado en cuenta, y surge el autoritarismo, porque lo nuestro no es la democracia. Como sociedad somos autoritarios. Para los psicólogos sociales nuestro carácter social es igual que el de los alemanes con la diferencia de que ellos son autoritarios independientes y nosotros los mexicanos somos autoritarios dependientes.

Somos autoritarios y nos cuesta como ciudadanos construir un nuevo sistema de organización social. Somos intolerantes frente a quien piensa distintos a nosotros y las redes sociales son el escaparate de nuestras inconformidades, rencores y odios.

Si analizamos los proyectos de nación de los partidos vemos proyectos de nación encabezados por culturas autoritarias. Muchas de nuestras familias que hemos construido tienen también ese perfil.

Ya no funcionamos como individuos ni como sociedad al interior de una amplia corriente cultural solidaria. Ahora vamos en arroyos culturales diferenciados, individualistas y distantes entre unos y otros

Es necesario que los movimientos sociales relacionados con la familia actúen de manera propositiva, pues si bien la violencia y las guerras surgen en los hogares, desde ahí se puede construir también la paz. La paz que surge en las familias puede transformar nuestra sociedad.

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JJ/I