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De los átomos a los bytes en dos generaciones

El próximo martes, 14 de noviembre, se presenta en el IPADE un libro titulado Hacerlo bien y hacer el bien, coordinado por el doctor José Antonio Dávila, quien dirige el Centro de Investigación de Iniciativa Empresarial de dicha institución educativa.

Los capítulos del libro están escritos por distintos autores que reflexionan sobre un abanico de aspectos a los que se enfrentan hoy y mañana los emprendedores y las empresas.

Rossana Fuentes Berain, mi socia en más de una aventura empresarial, y yo tuvimos el honor de escribir uno de esos capítulos con el título De los átomos a los bytes en dos generaciones.

El capítulo está narrado a dos voces, la de Rossana, que es una baby boomer tardía, y la mía, que soy un millennial tempranero, y juntos hacemos un recorrido histórico de la tecnología en México mezclando vivencias personales con la historia de los protagonistas tecnológicos en nuestro país.

Este recorrido está dividido en cuatro partes: primero, el México de un solo partido, una televisora y una empresa telefónica en el que se sembraron las semillas de la novedad tecnológica entre 1966 y 1985; segundo, el periodo entre terremoto y terrorismo en el que despegó el acceso masivo a Internet entre 1985 y 2001; tercero, el nuevo siglo que tiene prisa en el que se reflexiona sobre el crecimiento exponencial de la tecnología entre 2001 y 2016; y cuarto, una especulación sobre el rumbo al que nos lleva la tecnología en los próximos 50 años de la mano de ideas de visionarios como Ray Kurzweil, Steve Case o Peter Diamandis.

¿Por qué escribir o por qué leer un capítulo de estas características? Se me ocurren tres razones muy relevantes.

Primero, la necesidad de ponerle un contexto histórico a la evolución tecnológica. Cuando las cosas se mueven tan rápido es fácil que convirtamos a los productos tecnológicos en el fin de la actividad económica y olvidamos que todos los productos y servicios son medios para resolver la necesidad de un cliente… y como dice Clayton Christensen, profesor de Harvard, “los productos y servicios cambian constantemente, pero las necesidades de la gente se mantienen constantes”.

En este sentido es importante también conciliar la visión de distintas generaciones en una empresa. Los jóvenes que nacieron y crecieron con Internet en sus vidas tienen una mejor noción de cómo usar la tecnología como medio para agilizar tareas y resolver necesidades, pero se necesita la experiencia de las generaciones más avanzadas que sólo se gana con el tiempo para leer las necesidades del cliente. Rossana y yo llevamos dos años aprendiendo a sacar provecho de este complemento multigeneracional y tratamos de reflejarlo en el capítulo del libro.

Segundo, la necesidad de comunicar mejor la tecnología. Hay tantas cosas nuevas sucediendo al mismo tiempo y tantas empresas tratando de convencer a otras de que saben hacer las cosas nuevas que se ha vuelto muy complicado entender el valor real de cada tecnología para el negocio. Nosotros buscamos reducir la complejidad tecnológica a una narrativa fácil de entender, traduciendo los tecnicismos de moda a los principios básicos de lo que la tecnología realmente puede hacer por nosotros.

Tercero, hacer conciencia de lo que se nos espera. Porque la complejidad tecnológica provoca que muchos no quieran entrarle porque no lo entienden, pero las consecuencias de no entrarle son muy reales. Se espera que para 2030 la automatización de procesos desplace cerca de 40 por ciento del total de empleos en Estados Unidos… El mundo en 10 años va a ser de quien le pierda el miedo a la tecnología hoy mismo y empiece a dar pasos para digitalizar su información, subirse a la nube, conectar personas y objetos a la red, convertir su negocio en plataforma y explorar algoritmos para ser más ágil para responder a los cambios del entorno.

Suena complicado, pero no lo es tanto. Aprender sobre tecnología es como aprender un idioma, hay que entender primero los conceptos básicos, luego como éstos se conectan entre sí y después lanzarse a tratar de hacer algo útil con ellos.

@ortegarance

JJ/I