INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Rocío y la ‘espinita’ de 2012

Con un lenguaje bravucón que le ha dado resultados para ocupar espacios en los medios de comunicación, Rocío Corona Nakamura reconfirmó ante los reporteros lo que ya todos sabíamos. Dijo: “Directo, al grano y sin tapujos: buscaré la presidencia municipal de Guadalajara”.

Y al igual que su correligionaria Claudia Delgadillo, dirigente del PRI en Guadalajara, no hay duda de que Corona Nakamura buscará la alcaldía de Guadalajara, pero otra cosa es que primero encuentre la candidatura.

Rocío Corona tiene una carrera política como pocas. A partir de 1986 y hasta la fecha ha sido siete veces diputada –seis locales y una federal– y dos veces regidora. Era estudiante de Derecho cuando ya combinaba los estudios con la tarea legislativa. Y a partir de entonces ha estado en la esfera política.

Hace seis años arañó la candidatura que hoy otra vez busca, pero se quedó en la orilla. O habrá que decir que la silla que estaba a punto de ocupar se la retiraron para dársela en aquella ocasión a Ramiro Hernández García, quien a la postre fue presidente municipal de Guadalajara al derrotar al panista y ex gobernador Alberto Cárdenas Jiménez.

Con aquella experiencia, Corona Nakamura ha sido más mesurada, más prudente, pero le conviene no emocionarse tanto para no decepcionarse después. Y es que todo hay indicios de que el escenario de 2012 se repetirá otra vez.

Al igual que ahora, a principios de 2012 Rocío Corona se manifestada decidida a buscar y ser la candidata del PRI a Guadalajara. Y no daba su brazo a torcer ante las versiones que presumían que declinaría en su aspiración. El 27 de febrero declaró:

“Han surgido versiones no oficiales, tendenciosas y algunas detectadas de activistas de otro partido, quienes han promovido versiones de una declinación de mi parte o bien la designación de otro candidato. Al respecto manifiesto que como militante he demostrado lealtad, disciplina y un trabajo que dignifica a nuestro partido, que he sido respetuosa con mis compañeros militantes reconociendo su trabajo, sus aspiraciones y el apoyo cuando son postulados, por lo que hago un llamado a que no nos dejemos llevar o alimentemos versiones no oficiales”.

“Lo que buscan nuestros adversarios es dividirnos, debilitarnos ante un escenario que favorece a nuestro partido, es tiempo que cerremos filas en torno a los candidatos que ha postulado nuestro partido y que en el caso particular de Guadalajara trabajemos para volver a ganar la presidencia municipal…”.

Dos días después, Rocío Corona –junto con Elisa Ayón, otra aspirante– fue llamada a la sede del PRI estatal donde el entonces dirigente y el delegado del CEN, Rafael González Pimienta y Alejandro Ozuna, les mostraron encuestas en su poder en las que se demostraba que no eran competitivas frente a Cárdenas Jiménez. Al día siguiente ya las esperaban en el CEN priísta donde les notificaron que Corona sería diputada y Ayón, regidora, mientras se confirmaba a Ramiro Hernández como el candidato a Guadalajara.

El 2 de marzo, 48 horas después, tras un enfriamiento en las relaciones con Hernández García y Eugenio Ruiz Orozco, Rocío Corona estaba ya apostada frente al candidato a la alcaldía y le dijo: “Ramiro, estamos contigo. Soy institucional, soy disciplinada, porque quiero que el PRI gane, quiero que Enrique Peña gane y quiero que Aristóteles sea el próximo gobernador de Jalisco”. Y así fue: Ramiro, Peña y Aristóteles ganaron su elección y Rocío llegó a San Lázaro por la vía plurinominal.

Hoy para Corona Nakamura la historia puede repetirse y volverse a quedar con la espinita de 2012, aunque quizás sin los mismos resultados que hace seis años. Pero no sería la única que busque la alcaldía sin alcanzar la candidatura, porque las apuestas están a favor de Miguel Castro. Al tiempo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I