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Chivas se despide con victoria

(Foto: Imago7)

Poco se esperaba de Chivas en su epílogo del Torneo Apertura. Si en 16 partidos antes el Rebaño había exhibido infinidad de carencias en todas sus líneas, difícilmente presentaría una versión superada en su última fecha.

Y de nuevo fue de menos a más, con un primer tiempo incierto, errático, impreciso a una segunda parte mejorada pero sin dejar de manifestar fallas. Con todo y eso, Chivas dijo adiós de manera decorosa con una victoria de 2-0 sobre León, pero también con la colaboración de Mauro Boselli, quien falló tres claras de gol.

Matías Almeyda realizó ajustes para mostrar un rostro diferente. En la portería, cuando se esperaba que fueran los últimos 90 minutos de Rodolfo Cota, El Pelado prefirió por fin debutar a Miguel Jiménez con 27 años.

En la defensa no aparecieron ni en la banca como opción de cambio Oswaldo Alanís y Jair Pereira, y sí Hedgardo Marín a lado de Carlos Salcido. En la media cancha, y quizá ya a manera de despedida, José Juan Vázquez salió con el gafete de capitán para hacer labores de recuperación con Orbelín Pineda, pero ninguno de ellos manifestó algo distinto.

Al frente también hubo otra novedad con la reaparición del joven José Juan Macías, escoltado por Eduardo López e Isaac Brizuela.

De hecho ese once extraño se dejó sorprender en los primeros minutos al manifestar fragilidades y titubeos cuando León inició intenso con un Mauro Boselli hambriento por anotar, y tuvo dos opciones inmejorables. En la primera, el césped le jugó en su contra y se resbaló al momento de impactar el balón y su disparo se fue muy por encima de la portería.

Al minuto 2, de nuevo, Boselli se encontró con otra y ahora no hubo tropiezo, pero de nuevo la mandó a las tribunas.

Después Chivas reaccionó, y Brizuela tuvo un destello, gambeteó y centró, pero Macías estaba distraído y no empujó el balón que pasó a su lado.

Posteriormente el juego se estancó en una batalla infructuosa por recuperar el balón en media cancha lo que derivó en un juego deslucido y poco emotivo con acciones aisladas en intentos desde fuera del área.

Para la segunda parte, Boselli volvería a fallar, y en esta ocasión cuando Almeyda se le terminó la paciencia con Macías y López para que aparecieran y envió a la cancha a Godínez y a Fierro hubo una sacudida en el accionar y actitud, por lo que al 67´ Edwin Hernández cobró tiro de esquina y Fierro entró con decisión a rematar de cabeza para abrir el marcador.

El desenlace fue vibrante por ambas partes, con opciones cada uno, lo que generó el último arribo rojiblanco por medio de Brizuela y un disparo potente que le dobló las manos a Yarbrough para el 2-0.

JJ