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Líderes para la gobernanza escolar

La nueva Reforma Educativa se pronuncia por una mayor libertad de gestión educativa, por una gobernanza autónoma. Sin embargo, si no existe un auténtico liderazgo en el director de la escuela, la educación no encontrará la adecuada administración escolar. El liderazgo en la educación tiene una misión admirable ya que debe lograr en sus alumnos lo que no siempre quieren conseguir. El buen líder rector o director apenas debe aparecer en la operación, la gente apenas lo debe conocer y sin embargo la institución debe tener una marcha excelente reconociendo el logro colegiado.

El líder educativo es como el entrenador de soccer que nunca entra al campo y si toca el balón es expulsado o como el director de orquesta cuyo público nunca ve su rostro y nunca toca un instrumento, al final del concierto pide aplauso para sus músicos. El líder educativo no tiene que estar en la oficina, debe estar en las aulas, pasillos, cafetería, patios, campos de juego, entre alumnos y padres de familia, entre maestros y colaboradores. El director resuelve situaciones de conflicto, debate y convence. Es educado, prudente, respetuoso, no es déspota o prepotente y es congruente con sus palabras. No insulta ni abusa de poder, no explota a los maestros, busca el bien común y colegiado de la comunidad.

Un director educativo tuvo que ser excelente maestro de tiempo completo, saber dar clases, tomar asistencia, puntualidad, dominar el aula, usar la tecnología educativa, saber evaluar, calificar y llevar a los grupos al éxito académico. El líder educativo será seguido por sus maestros cuando solicite rigor, disciplina, cuando pida esfuerzo y exigencia; no es buen líder quien es permisivo, quien cambia calificaciones y regala las notas porque en ese momento le estará faltando al respeto a sus maestros, a su vocación y su esfuerzo.

El director educativo conecta a los maestros, conecta a los alumnos con sus maestros, conecta a los padres con la escuela, sabe que cada grupo es importante, vital para la sobrevivencia del colegio como comunidad. Su mayor reto es ser querido a pesar de la fuerza de su mando, ser amable sin parecer débil, ser humano sin dejarse manipular, tener carácter y temperamento sin ser arrogante. El director no grita, transmite serenidad, le siguen por sus logros, sabiduría, estudio continuo, capacidad de investigación, habilidad para lograr la escuela que la comunidad requiere.

La historia de la escuela es la gestión y gobernanza de sus directores. Si en México queremos escuelas de calidad empecemos por tener directores de calidad, verdaderos líderes educativos que ganen el respeto hacia su persona y con ello de su escuela y del sistema educativo nacional.

@Saucedodlallata

JJ/I