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Prospectiva para candidatos

Estamos en tiempos de definiciones para las elecciones presidenciales de 2018. En estos días terminaran de definirse los candidatos, los equipos de trabajo, las estrategias y las propuestas para los electores.  En este contexto, los candidatos presidenciales deberían realizar ejercicios de prospectiva para formular sus propuestas de política económica. 

Un ejercicio de prospectiva mínima puede plantearse considerando que habrá continuidades y cambios en la economía entre 2018 y 2024. Por tanto, las propuestas de los candidatos debieran plantearse con base en dicha consideración. Particularmente, yo creo que las continuidades prevalecerán en el ámbito fiscal y los cambios en los ámbitos comercial y financiero.

Particularmente, las propuestas de política fiscal en el siguiente sexenio debieran ser poco ambiciosas porque los ingresos del gobierno serán relativamente bajos. Esto ocurrirá porque: 1) La capacidad de recaudación fiscal seguirá siendo limitada; 2) no hay expectativas de incrementos en los ingresos de Pemex; y 3) el financiamiento externo será más costoso y difícil de conseguir.

Las propuestas fiscales también deberían ser modestas porque habrá gastos irreducibles. Entre estos se incluyen: 1) Los pagos de la deuda externa pública; 2) las pensiones de los trabajadores que empezaron a cotizar en el sistema de Afores; y, 3) los crecientes gastos de las instituciones de seguridad social debidos al envejecimiento y a las enfermedades degenerativas de la población.

Las propuestas comerciales deberán plantearse considerando que habrá una menor integración de los mercados reales y financieros de la región del TLCAN. Por tanto, sería deseable que las propuestas de los candidatos promovieran la diversificación comercial y financiera de la economía. Asimismo, sería deseable que fortalecieran el mercado interno.

Las propuestas financieras deberán formularse considerando que la economía experimentará presiones inflacionarias, tasas de interés altas y restricciones de crédito. En este contexto, sería necesario que hubiera propuestas para incrementar el ahorro y la inversión. Asimismo, sería deseable que promovieran a la banca de desarrollo y el desarrollo financiero del país.

Finalmente, debe enfatizarse que sí hay oportunidades para cambiar la política económica durante el siguiente sexenio. Sin embargo, también debe enfatizarse que las propuestas de los candidatos requieren formularse mediante análisis económicos de prospectiva y de costo-beneficio. Si no fuera así, las propuestas solo tendrán fines demagógicos y no promoverán beneficios para el país.

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JJ/I