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Aristóteles: “Zamora debe ser…”

“Arturo Zamora debe de ser el candidato (a la gubernatura)… si él quiere”.

La declaración anterior fue pronunciada nada menos que por el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, quien reconoció que el actual dirigente nacional de la CNOP es el priísta mejor posicionado ante la ciudadanía; sin embargo, agregó que eso debería decirlo el PRI y no el gobernador, “quien no es más que uno más”.

Más que el PRI, ¿qué dirá el virtual candidato a la Presidencia de la República, José Antonio Meade Kuribreña? ¿Querrá que Arturo Zamora sea el candidato a la gubernatura, no obstante que él no ha manifestado interés en serlo y sólo ha dicho que está a la espera de que se cumplan los tiempos de su partido, que haya candidato presidencial para, posteriormente, tomar una decisión?

Pero la decisión está en lo que quieran Meade Kuribreña, el presidente Enrique Peña Nieto y la dirigencia nacional del PRI, pues ya el gobernador manifestó su sentir en este tema. Nadie duda de que si quien o quienes tienen que decidir le piden a Zamora Jiménez que deje la dirigencia nacional del sector popular y se venga a Jalisco a ser por segunda ocasión candidato a la gubernatura, lo hará.

Habrá quien se pregunte por qué para definir la candidatura al gobierno del estado se toma en cuenta lo que dicen las encuestas y se inclinan por el priísta mejor posicionado, si eso no sucedió cuando de decidir la candidatura presidencial se trató, pues el mejor ubicado en las preferencias era el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

En ambos casos, la definición se da en función de los negativos de ambos priístas. Los negativos de Osorio, dicen los expertos, no le daban para ser competitivo ante un Andrés Manuel López Obrador o quien resulte candidato del Frente Ciudadano o de los partidos que lo integran si esta alianza fracasara. En contrario, los negativos del ex secretario general de Gobierno no obligan a hacerlo a un lado, sino que lo colocan como la mejor pieza para contender.

Habrá quien se pregunte si después del trabajo que Zamora ha realizado al frente de la CNOP y en momentos en que arrancará primero la precampaña –se da por hecho que habrá un segundo aspirante– y posteriormente la precampaña presidencial es conveniente moverlo de la dirigencia de dicho sector.

La verdad es que en el PRI –ya lo vemos hoy con la postulación de Meade, su precandidato no militante– todo es posible.

Mucho se ha hablado del caso de Arturo Zamora, pero hasta el momento él no ha dado señales de que quiera ser candidato. Incluso, quienes lo conocen –priístas y no priístas– coinciden en que si por él fuera no vendría a contender, preferiría continuar su ascendente carrera política en la Ciudad de México, pero concluyen que “donde manda capitán, no gobierna marinero”.

Por supuesto que también todos dan por hecho que si Zamora es confirmado como el abanderado del PRI, quienes hasta hoy han levantado la mano para serlo la bajarán así como la subieron. Sin chistar y resignados a esperar otra oportunidad, aunque por supuesto no quedarán desempleados.

El dirigente del PRI, Héctor Pizano Ramos, reveló ayer también que se prevé publicar la convocatoria para los aspirantes a la candidatura al gobierno el día último de noviembre o primero de diciembre, a fin de que los apuntados se registren antes del 13 de diciembre y comiencen la precampaña a inicios del próximo año.

Conocido ya el nombre del seguro candidato presidencial, hay quienes –dentro y fuera del tricolor– advierten que la fórmula Meade-Zamora en Jalisco podría echar abajo los pronósticos de que el PRI está muerto en la entidad y de que Enrique Alfaro tiene la gubernatura “en la bolsa”. Nada está escrito.

Y es que está por demás decir que la lógica y el sentido común no tienen cabida en la política.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I