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Plástico y químicos, entre las principales amenazas al ambiente

(Foto: Especial)

NAIROBI. La Tercera Asamblea de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente aprobó ayer su primera declaración ministerial, Hacia un planeta libre de contaminación, en la que señalan las principales amenazas y plantea medidas contra la degradación ambiental.

La cita, del 4 al 6 de diciembre en la capital de Kenia, concluyó con un llamado a “la urgente acción rápida” para frenar la contaminación que afecta la salud, el bienestar, los ecosistemas, las economías, la seguridad y la supervivencia.

Como novedad, la asamblea enfatizó que el aumento de desechos de plástico, el abuso de productos químicos, sustancias y gases son algunas de las principales amenazas al medio ambiente.

El documento asegura que todos los días, nueve de cada 10 personas en el mundo respiran aire que excede las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la calidad del aire y más de 17 mil personas morirán prematuramente debido a ello.

Asimismo, cientos de niños menores de 5 años mueren a causa de agua contaminada y una pobre higiene diaria, mientras que muchas mujeres y niñas se ven afectadas por cocinar con combustible.

“Cada año arrojamos entre 4.8 a 12.7 millones de toneladas de plástico en nuestros océanos y se generan anualmente más de 40 millones de toneladas de residuos electrónicos, lo que causa daño severo a los ecosistemas, medios de subsistencia y nuestra salud”.

La asamblea considera “injustificable y evitable que se utilicen decenas de miles de productos químicos en objetos todos los días y algunos aplicados en el campo sin las pruebas, el etiquetado o el seguimiento adecuados”.

Los ministros recuerdan que demasiadas comunidades carecen de información sobre los químicos y sustancias peligrosas que usan o a las que están expuestos, o no tienen capacidad para manejarlos sin peligro.

“Nos preocupa el daño y la contaminación que los conflictos armados causan al medio ambiente, a menudo retrasando la recuperación, socavando el logro del desarrollo sostenible y amenazando la salud de personas y ecosistemas”.

La declaración precisa que “la lucha contra la contaminación no es responsabilidad exclusiva de los gobiernos nacionales. Se necesita el compromiso y el liderazgo de gobiernos, la participación del sector privado, las organizaciones internacionales, la sociedad civil y los particulares”.

Los ministros aseguran “estar decididos a cumplir compromisos para prevenir, mitigar y gestionar la contaminación del aire, la tierra y el suelo, el agua dulce y los océanos”.

Entre las medidas que plantean figura promover estilos de vida para garantizar modalidades de consumo y producción más sostenibles.

Para ello se reconoce la necesidad de mayor pedagogía sobre cómo “repensar, reutilizar, reciclar, recuperar y rehacer productos, materiales o servicios y prevenir y reducir la generación de desechos”.

“Impulsaremos la adopción de políticas y enfoques como los encaminados a la gestión ambientalmente racional de los productos químicos y los desechos, incluido el uso del ciclo de vida integrado, las cadenas de valor y la química sostenible”.

“Promoveremos medidas fiscales tales como incentivos para estimular cambios positivos, teniendo en cuenta la importancia de reducir al mínimo la contaminación y haciendo todo lo posible para invertir en soluciones más sostenibles y ecológicamente racionales”.

Los ministros se comprometieron a basar sus decisiones en la ciencia, especialmente en políticas públicas y acciones en concordancia con el sector privado y social.

“Aceleraremos la aplicación y promoveremos la cooperación entre los acuerdos multilaterales, convenciones, reglamentos y programas existentes para prevenir, controlar y reducir la contaminación”.

JJ/I