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El Frente frío

En una entrevista sobre el panorama político rumbo a 2018, el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, aspirante presidencial independiente, dijo que el Frente Ciudadano por México del PAN, PRD y MC no pasa de ser un frente frío.

Y sí, todo apunta a que el Frente se enfrió después de que arrancó con una temperatura elevada al perfilarse como un verdadero contrapeso al PRI.

De entrada, el personaje fuerte al que aspiraban, Andrés Manuel López Obrador, de plano no quiso ni asomarse.

Después los que empezaron a saltar, pero hacia afuera, fueron los organismos civiles que daban la parte ciudadana porque nada más no veían claro.

Así, lo principal que se cuestiona en estos momentos al Frente es que de ciudadano ya no tiene nada y nació enarbolando una bandera de empoderamiento social para que los civiles se involucraran en la toma de decisiones.

Nueva Alianza también sacó sus fichas con un argumento breve, pero sustancioso: no había acuerdos.

Los que quedaron están tan enfrascados en el jaloneo por las candidaturas que el tiempo se les está saliendo de control.

Para la fracción del Partido Acción Nacional que encabeza Ricardo Anaya Cortés es sentido común que el aspirante a la Presidencia de la República salga de sus filas por el número de entidades federativas en las que tiene fortaleza.

Como la primera fuerza política que integra el Frente Ciudadano por México, reclama el derecho a ser el que propone, con sus reglas democráticas internas, al candidato presidencial. Dicho de otro modo, en lo oscurito Anaya Cortés reclama su derecho a ser el postulado, en lo público habla de proceso democrático.

Pero el Partido de la Revolución Democrática ya cerró filas en torno a Miguel Ángel Mancera Espinosa para la grande, y él ya no disimula que está dispuesto a pelear por un proceso democrático al interior del Frente para elegir al candidato presidencial. Lo mismito que exigía Margarita Zavala, quien al no ver nada en claro, prefirió dejar de ser panista y aventarse como independiente.

En medio está Movimiento Ciudadano. Dante Delgado, su presidente, ya metió presión y repartió posiciones.

Con el argumento de que ya es hora y hay que definir, consideró que la candidatura presidencial debe corresponder al PAN en razón de los resultados electorales mostrados en 2015 y 2016 y el número de gubernaturas que encabeza.

Muy seguro, a Mancera lo mandó a ser el líder de la alianza en el Senado de la República y la definición de quien será el gallo para buscar el gobierno de la Ciudad de México se la regaló al PRD.

El revire de Mancera a la propuesta de Dante Delgado dejó en claro que el Frente tiene muchos problemas para alcanzar un candidato de unidad. Tan cordialmente como el líder emecista repartió posiciones, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México lo perfiló como un buen secretario de Agricultura y para terminar pronto dijo que en todo caso a él lo respalda el PRD y que las decisiones deben ser por consenso.

Con todos estos dimes y diretes, aunque en el discurso oficial se diga que la alianza sigue viva, lo cierto es que lo que se proyecta es totalmente lo contrario: al Frente se le percibe fracturado, en proceso de desmoronarse y sucumbir por falta de acuerdos.

El líder emecista electoral es el único que ha planteado la situación real al interior del Frente Ciudadano al afirmar que las fuerzas políticas que lo forman no han avanzado de la manera deseada, mientras en el Revolucionario  Institucional y Morena ya tomaron sus definiciones, trabajan en su posicionamiento y en el fortalecimiento de su candidato a la Presidencia.

Así las cosas, el pronóstico es que cada día que pase será más complejo para el Frente. Quedará como una jugarreta que salió mal y en lugar de irse calentando puede enfriarse más.

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JJ/I