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Feminicidios en México se incrementaron en la última década

(Foto: Especial)

Los feminicidios en México aumentaron marcadamente en la última década durante la guerra del gobierno contra el narcotráfico, un retroceso que borró dos décadas de mejoras que habían bajado la tasa de asesinatos de mujeres a la mitad, según un nuevo estudio divulgado el miércoles.  

El informe de la Secretaría de Gobernación de México, el Instituto Nacional de las Mujeres y ONU Mujeres dice que la tasa anual de feminicidios era de 3.8 por cada cien mil mujeres en 1985, antes de que comenzara a bajar sostenidamente hasta llegar a 1.9 en el 2007. A partir de allí subió a un máximo de 4.6 por cada cien mil en el 2012, bajó un poco en los años siguientes y luego ascendió de nuevo el año pasado a 4.4.

De los 52 mil 210 feminicidios registrados en el período de 32 años, casi una tercera parte ocurrieron en el último sexenio, señaló el informe.

El incremento en ese tipo de asesinatos coincidió con la ofensiva militarizada lanzada por el presidente Felipe Calderón contra los cárteles de la droga a fines de 2006. También casi es igual que los patrones generales de homicidios durante ese período.

Aproximadamente 12 por ciento de las víctimas de asesinato en México el año pasado fueron mujeres, a diferencia de cerca de 10 por ciento en 1985. No obstante, representa una ligera disminución en comparación con el principio y la mitad de la década de 2000.

“La violencia contra las mujeres y las niñas, cuyo resultado puede llegar a ser la muerte, es perpetrada, la mayoría de las veces, para conservar y reproducir el sometimiento y la subordinación de éstas derivados de relaciones de poder”, se afirma en el informe.

El pequeño estado de Colima registró la tasa de feminicidios más elevada del país en 2016, con 16.3 por ciento por cada cien mil. Le siguieron los estados de Guerrero, Zacatecas, Chihuahua y Morelos.

En lo que respecta a números totales, la más elevada para un solo estado fue de 421 en el Estado de México, que rodea a la capital por tres costados y es el más poblado del país.

La mayoría de esos estados tienen una fuerte presencia de la delincuencia organizada. Guerrero, en especial, está al rojo vivo en lo que respecta a la violencia de los cárteles. Su puerto turístico de Acapulco en el Pacífico registró más asesinatos de mujeres el año pasado que cualquier otro municipio, con 107.

Le siguieron Tijuana, en el estado norteño de Baja California; Ciudad Juárez, en el estado también norteño de Chihuahua; Ciudad Victoria, en el estado fronterizo de Tamaulipas a orillas del Golfo de México; y Ecatepec de Morelos, un amplio suburbio al norte de la capital del país, en el Estado de México.

El estudio también hizo notar un aumento en los últimos años de asesinatos de mujeres fuera de su hogar, “el cual probablemente se relacione con el incremento en las actividades del crimen organizado”.

El porcentaje de ese tipo de homicidios efectuados en público alcanzó su menor nivel en 2004, en un poco más del 25 por ciento del total, y subió a 49 por ciento en 2012. El año pasado, el 41 por ciento de los asesinatos de mujeres ocurrieron fuera del hogar.

“El aumento de los asesinatos de mujeres en la vía pública constituye uno de los más importantes hallazgos de este estudio, el cual explica buena parte del crecimiento reciente del total de DFPH (defunciones femeninas con presunción de homicidio) en México”, se afirma en el informe.

El estudio también indicó que, aunque la vasta mayoría de los varones víctimas de homicidio son muertos con armas de fuego, muchos feminicidios siguen siendo a través de “los medios más crueles”, tales como apuñalamiento, golpizas y asfixia, lo cual refleja misoginia, según dijo.

“Lo anterior significa que no se han logrado cambiar los patrones culturales que desvalorizan a las mujeres y las conciben como desechables, permitiendo que haya una permisividad social ante la violencia contra las mujeres y su expresión última, el feminicidio”, señala el texto.

Recomendó que todos los niveles del gobierno enfrenten el problema al fortalecer “y articular mejor las políticas públicas para prevenir la violencia y para lograr mayor empoderamiento y autonomía económica de las mujeres, así como para eliminar los riesgos que ellas enfrentan en los espacios públicos”.

EH