INICIO > ZMG
A-  | A  | A+

Los peligros de usar pirotecnia

Efecto. Con pirotecnia, bomberos lograron partir unchamorro. (Foto: Especial)

La demostración comienza: dos jugosas sandías se sacrifican para comprobar el poder de destrucción de la onda expansiva de un barreno y una dinamita. Cientos de pedazos de la fruta vuelan tras un poderoso estruendo en el desmantelado Planetario Severo Díaz Galindo.

La Dirección de Protección Civil y Bomberos de Guadalajara coordinó la tradicional demostración sobre los potenciales daños en niños por el uso de juegos pirotécnicos durante las fiestas navideñas y de fin de año.

Bajo la techumbre del planetario, un equipo de bomberos y policías del agrupamiento Tedax dispuso el arsenal de juegos de pirotecnia: pedos de bruja, barrenos, dinamitas, cabezas de diablo, palomitas minis a gran tamaño, luces de bengala, marcianitos, chicharitos, cazuelitas. Colores brillantes, papel de china y tornasol.

El turno tocó a una mano de maniquí con uñas doradas. La dinamita se aseguró a la mano con cinta. En el área de detonación salió proyectada. El daño, un trozo de cartón incrustado en la palma de la mano y el desprendimiento de una uña.

Felipe de Jesús López Sahagún, director de Bomberos de Guadalajara, enfatizó sobre el daño de los juegos de pirotecnia en las manos de los niños, “más pequeñas, con los huesos y la piel más frágiles”.

Luces y ruidos atraen a los niños durante la época decembrina. Como un hábito de cierre de año, en las noches retumban y resplandecen las calles donde niños, adolescentes y adultos se maravillan con los pequeños meteoros o buscapiés.

Las anécdotas de los veteranos en el rescate y seguridad de los tapatíos son diferentes: niño que no aventó la palomita a tiempo; otro que se le cebó un barreno y fue a revisarlo; otros cuyos parientes pusieron explosivos en manos de menores. El final es similar: amputaciones, ceguera, quemaduras y hasta incendio de casas.

A un fémur de cerdo, todavía con articulaciones y carne, un chamorro para los aficionados al pozole, un bombero ató una cabeza de diablo, un potente explosivo popular y reconocido en los barrios. Del artilugio negro azabache sólo resaltan los ojos rojos.

La explosión partió en dos el chamorro. Una separación violenta que dejó un olor a carne chamuscada.

En una habitual caminata a lo lejos se escucha un petardo. Más cerca, el destello que salpica fuego. O un petardo que cimbra los cristales de los hogares. En casos desafortunados, la diversión termina con un niño lesionado.

El operativo para concientizar sobre los daños del uso de pirotecnia se mantendrá en lo que resta del año con el decomiso de artilugios, multas y apercibimientos a ciudadanos.

El ritual de conciencia y prevención terminó con la quema de 8 kilos de pirotecnia dentro de un tambo. Luces, colores y silbidos se ahogaron por el exceso de humo. Los bomberos le derramaron agua y la función concluyó.

Operativo

Elementos municipales mantendrán activo el decomiso de estos artículos y el apercibimiento a ciudadanos

JJ/I