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El amor según Del Toro

Reconocimiento. La forma del agua, un filme de fantasía romántica centrada en Estados Unidos en 1962, encabeza la lista de los premios británicos de cine BAFTA con 12 candidaturas, entre ellas a Mejor Película y Mejor Director. (Foto: Especial)

La forma del agua es una película que, literalmente, está en la mente de su director desde los 6 años.

Confesó que el filme, que mañana se estrena en México, es la más madura de su vida y hasta el momento le ha otorgado el premio a La Mejor Película del Festival de Cine de Venecia, Mejor Director en los Globos de Oro de este año y ya tiene 12 nominaciones a los BAFTA. Se espera que en estos días se le otorguen varias nominaciones al Oscar, coronando 25 años de amar y vivir para los monstruos.

“Todo empezó cuando tenía 6 años y los domingos pasaban películas de terror, y vi La mujer y el monstruo y me enamoré de Julie Adams, pero más me enamoré del monstruo que nadaba en el lago debajo de ella, y me enamoré del amor que la criatura sentía por ella, y yo decía ‘ojalá acaben juntos’, pero no fue así, así que me tomó cuarenta y tantos años corregir ese error cinematográfico”, dijo Del Toro a Hobby Consolas.

A nivel internacional la crítica califica a La forma del agua como una película brillante, lúcida y apasionadamente inocente.

En La forma del agua, Del Toro retrata a diferentes criaturas. Se detiene en la aventura de un monstruo directamente heredero de la criatura de la laguna negra, mitad pez, mitad humano. A su lado, una muda (Sally Hawkins), un homosexual (Richard Jenkins) y una negra (Octavia Spencer). Todos, según el director tapatío, monstruos en distintas formas. Y enfrente, Michael Shannon como figura de orden, el más aberrante.

“Esta es la historia de La Bella y La Bestia, pero Bella no es una princesita que se pone en un pedestal y no es real. Aquí ella se levanta, bolea los zapatos, se hace de desayunar, se masturba y se va al trabajo”, aseguró del Toro.

“Y me interesaba que la bestia no se transformara en príncipe, sino que se comiera un gato; me preguntan si es buena o mala la criatura, pues es las dos cosas, no tiene por qué domesticarse y la comunión que tienen no es con palabras, es espiritual”.

Cuenta Del Toro que lo que vivió el mundo a principios de los 60 se parece a lo que se sufre ahora. Y por ello, su propuesta se encuentra detenida en un punto impreciso en aquel tiempo. Entonces, la América perfecta e intemporal que salió victoriosa de la Segunda Guerra Mundial descubrió de repente que todo no era más que un mal sueño. Y, sobre un suelo agrietado por el racismo y la amenazada nuclear, empezó a dudar.

“Esta película llega después de nueve cintas donde me la paso hablando de mi infancia, me planteé hacer algo diferente, algo difícil, puedo hablar de algo que no he hablado, profundamente personal y humano que es el creer que poder amar a una persona como es, como padre, como hijo, como hermano, no solamente el amor romántico, hablo del amor con letras mayúsculas y la película lo aborda”, explicó Del Toro a Loft Cinema.

“Por primera vez hablo de fuerzas adultas políticas, sociales, sexuales; es una película francamente adulta, pero con un corazón muy puro y esperanzado. La esperanza tiene un riesgo muy grande, las otras películas llevaban desesperanza, una desilusión, una pérdida y ésta para mí habla de la esperanza y la positividad”.

Además de escribir, dirigir y producir la cinta, el cineasta tapatío confiesa que identifica con todos los personajes.

“Me identifico 100 por ciento con mis personajes, sean buenos o malos. Al escribir a un personaje tienes que entenderlo. En esta cinta hasta el antagónico tiene momentos de humanidad, de vulnerabilidad, y los escribo desde donde yo los conozco”.

Es una cinta que reúne romance, espionaje, terror y que describe muy bien los problemas actuales.

“La película trata de hablar de ahora a través del año 1962. Habla de la crispación que tenemos a nivel mundial, la tendencia que nos da la ideología a la separación que nos da el odio”, comentó.

“El miedo es un instrumento político poderosísimo que se usa cotidianamente para mantenernos sumisos y separados, cuando deberíamos estar mirándonos el uno al otro. La película es una vocación hacia la aceptación, hacia el amor al otro”.

Monstruoso trabajo

“La creación del monstruo me llevó tres años, hicimos veintitantas variaciones de pintura, de cuerpo, infinitas variaciones de la cara, porque no era crear un monstruo, era crear un protagónico, creando un actor que no existe”, comentó Guillermo del Toro.

“El nivel de detalle que demanda tanto en escultura, como en pintura, como en iluminación, es extremo, es una criatura complicadísima de hacer y al final lleva un toque digital pequeñísimo”.

Aseguró que quería hacer un retrato de una América idealizada en la superficie, y por debajo del agua la tensión sexual, política, de racismo, de hipocresía, y retrató la época a través de una curaduría muy grande de los programas de televisión, de las películas que se veían. Tan sólo la banda sonora le costó nueve meses terminarla.

El diseño de producción lo comenzó dos años antes de iniciar el rodaje con dos personas más y él buscaba detalles barrocos y victorianos que se mezclaran, pero con la tecnología de 1962.

¿De qué trata?

Estados Unidos, 1962. Es la Guerra Fría y la carrera militar y espacial está en su punto más álgido.

Elisa (Sally Hawkins) es una empleada de la limpieza muda en una instalación del gobierno que esconde unos laboratorios secretos. Su vida cambia por completo al descubrir a un ser enigmático: un hombre-pez único, una auténtica anomalía natural, que vive encerrado y es víctima de diversos experimentos.

Elisa siente simpatía por este extraño ser y ambos establecen una intensa conexión. Pero el mundo real no es un lugar seguro para un hombre de estas características.

El éxito no lo inquieta

Sin duda, El Gordo, como se autoproclama Guillermo del Toro, está feliz con el éxito que ha tenido la cinta, pero eso no le quita el sueño.

“Con la edad y con el tiempo, te das cuenta de que el éxito y el fracaso son vecinos y es la misma puerta, de hecho, no sabes quién va a abrir, tienes que timbrar con la misma fe y a ver qué pasa”, señaló.

“Esta cinta se hizo con un presupuesto infinitamente menor del que pensé que necesitaba, pero se logró ver que era un presupuesto enorme. Todo ya está hecho, sólo el público es quien dará su opinión”. Lizeth Villegas

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“Y me interesaba que la bestia no se transformara en príncipe, sino que se comiera un gato; me preguntan si es buena o mala la criatura, pues es las dos cosas, no tiene por qué domesticarse y la comunión que tienen no es con palabras, es espiritual”

“Por primera vez hablo de fuerzas adultas políticas, sociales, sexuales; es una película francamente adulta, pero con un corazón muy puro y esperanzado”
Guillermo del Toro, cineasta

JJ/I