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Una belleza sin miedos

Trayectoria. A sus 13 años fue bailarina en la Royal Ballet School de Londres, a los 16 ya era modelo en París y a sus 26 llegó como actriz a Hollywood. (Foto: Especial)

En la actual entrega de premios, Diane Kruger está acaparando las estatuillas a Mejor Actriz por su participación en la cinta En la penumbra, y es que, además de su belleza, es una actriz multifacética que logra adentrar al espectador en el indescriptible dolor de una mujer que perdió a su marido y a su hijo en un atentado, y que la rabia la hace buscar venganza.

Esta rubia actriz alemana es, en la vida real, una mujer sin miedo, entregada al amor y que no tiene pavor de tener 41 años y dejar la juventud, no vive de ella ni de su belleza, aseguró.

Le gusta viajar y los grandes espacios. Nacida en un rincón perdido de Alemania, la bella Kruger ha trazado su camino sola y rompiendo esquemas, en muchas ocasiones.

A sus 13 años fue bailarina en la Royal Ballet School de Londres, a los 16 ya era modelo en París y a sus 26 llegó como actriz a Hollywood. Actualmente pasa la mitad del año en París, en Saint-Germain-des-Prés, y la otra mitad en Estados Unidos, específicamente en la costa californiana, donde encontró la paz y el amor.

Diane estuvo casada cinco años con Guillaume Canet, después compartió su vida 10 años con el actor estadounidense Joshua Jackson, y ahora es feliz sola. Lo único que parece inmutable en una vida cuya única constante es el cambio.

Y es que a los 30 años se sentía con una vida tan normal que la aburría, así que decidió experimentar y viajar.

“Empezaba a aburrirme. Me desperté un día pensando: ‘No puede ser, sólo tengo una vida. Hay que cambiar’. Ya no sentía la excitación del trabajo y los viajes. Tenía la impresión de que mis papeles eran más interesantes que mi vida. Me encantan los personajes extremos, pero si después del rodaje regreso a casa y me pongo a cocinar un pollo yo sola, no tiene gracia”, dijo Kruger.

“Para vaciar mi cabeza, pensar en otra cosa, olvidar, me marché dos semanas a China con Fabienne (Berthaud, directora de cine y su mejor amiga), con la mochila a cuestas. Fue intenso cruzar ese país siendo dos chicas. Conservo un recuerdo genial. No nos lavamos durante varios días y dormíamos vestidas. Fuimos hasta el Tíbet”.

Con Fabienne ha trabajado varias películas y la ve como su familia en Estados Unidos: “Cuando empecé en el cine, en París, tenía ganas de integrarme en una familia, tener algo como lo de Cassavetes, que daba papeles a Gena Rowlands, o la relación entre DiCaprio y Martin Scorsese”.

“Pero al ser extranjera y no venir de un medio artístico, me sentía excluida. Fabienne confió en mí. Empezamos juntas, creamos nuestra pequeña familia, muy femenina. Y aunque no lo parezca, las mujeres que hacen películas que hablan a las mujeres son escasas y queremos montar una productora”.

Diane se da el tiempo de trabajar en producciones de bajo presupuesto, pero con retos actorales, y también debe estar en películas de gran producción y mejores salarios, para estabilizarse.

“Es agradable encontrarse con un equipo enorme y una caravana en lugares increíbles. Me gustan las películas comerciales. Es fácil pasar de una a otra y para mí es importante mantener un pie en Francia y otro en Estados Unidos”.

“Me gustan las historias desmesuradas del cine americano. Nunca trabajaría en una película de ciencia ficción en Francia, mientras que allí, ¿por qué no? Me encantaría encarnar a una alienígena”.

La actriz puede rodar hasta tres películas al año entre Europa y Estados Unidos, pero trata de darse tiempos para ella.

“Cuando ruedas, vives en una burbuja. Es agradable durante tres o seis meses, pero puede hacerse largo. Ya no tienes vida privada y te sientes apartada. A veces me da miedo perderme en este estado fabricado y necesito agarrarme a la realidad incluso para rodar, de lo contrario, me volvería idiota”.

Como buena alemana es una mujer disciplinada, puntual y quiere marcharse a la hora acordada. Aun se da tiempo para ir a su pueblo, donde hasta 2015 vivía su abuela.

“En Estados Unidos tengo a veces la sensación de soledad, pero es lo que busco. En los rodajes estás rodeada de mucha gente. Me gusta encontrarme sola. En Los Ángeles la vida es agradable, estás cerca de la naturaleza. Me encanta pasear sola por la mañana. Aunque no me veo envejeciendo en California”, aseguró Diane.

“Me siento europea, pero creo que he encontrado un buen equilibrio. Cuando aterrizo en París, lo que sucede dos veces al mes, siento una felicidad increíble. Soy parisina, tengo un piso en esa ciudad desde hace 10 años”.

Reconoció que hay etapas difíciles cuando no consigue el papel deseado o pasa meses sin trabajar, por ello, el cine no es todo en su vida, aunque le costó muchos años entenderlo.

“Curiosamente ahora que estoy en los 40 recibo más propuestas que hace cinco años. Es verdad que, en el cine, el protagonista tiene 50 años mientras que la protagonista tiene 25. Pero, afortunadamente, han llegado las series. En ellas las mujeres son más fuertes. Y estoy mejor que con 20 años”.

Sabías que…

Le gustaría crear joyas, hacer un curso de cocina, participar en una expedición a la Antártida y vivir en Chile uno o dos meses

Aún no se acostumbra a los paparazzi, y le molesta que le tomen fotos recién levantada o comprando el desayuno sin maquillaje

Dijo que en cuanto el cine la aburra, lo dejará

Fue finalista en la competencia Elite a los 15 años

Tiene un hermano menor, Stefan

Hasta a mediados de los años 90 utilizó su nombre real, Diane Heidkrüger

Dejó el ballet por una lesión a los 18 años

Se convirtió en ciudadano estadounidense en 2013

La revista People incluyó a Diane en su edición anual de 50 personas más bellas del mundo en 2004

Filmografía

En la penumbra, 2017

Infiltrado, 2016

De padres a hijas, 2015

Sky, 2015

El protector, 2015

The better angels, 2014

Guillaume y los chicos, ¡a la mesa!, 2013

Llévame a la luna, 2012

Adiós a la reina, 2012

Cruzando el límite, 2008

FV/I