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Un humano

El símbolo de la máscara sonriente y triste del teatro siempre ha parecido un emblema más indicado para representar a la tecnología.

El motivo es que cada avance de última generación trae consigo puntos débiles. Un lado que facilita las actividades del hombre y otro que las amenaza.

Un ejemplo reciente es que esta semana inició un debate que involucra a los vehículos autónomos.

Para los expertos, el problema no es imaginar el uso cotidiano que se dará a estos autos o sus alcances, sino sus peligros: podrían ser blanco de ciberataques para secuestrar a una persona y exigir rescate, o podrían ser usados para atacar civiles.

Con el invento y avance de las redes sociales ha ocurrido lo mismo.

Facebook, que sirvió en un inicio para conectarse con los familiares lejanos, ya fue usado también para influenciar en las elecciones de al menos un país.

Sin embargo, hay algo que sí se puede agradecer a la existencia de esta red: su primera serie para Facebook Watch, Humans of New York.

En realidad, se trata de un proyecto de fotografía creado en 2010 por Brandon Stanton. Nació de la idea de hacer 10 mil retratos de neoyorkinos elegidos al azar, en una especie de mapa de la ciudad construido de miradas.

Cuando Stanton inició con un fotoblog –ni siquiera Facebook-, junto a cada foto de la persona publicaba uno párrafo de su historia.

Así inició un viaje en el que ha retratado y contado historias no sólo de miles de neoyorkinos, sino de ciudadanos en Pakistán, Irán, Uganda, Sudán y actualmente India.

Todas, absolutamente todas, son conmovedoras. Invitan a entender que las personas están conectadas no por compartir una ciudad, cultura o cierta tecnología, sino por tener en común momentos críticos en la vida que se deben atravesar, sean de cara feliz o de cara triste como el símbolo del teatro.

Y que a pesar de desconocer cuáles son los resortes que mueven al destino, la mayoría de esas historias nacen de decisiones tomadas con el corazón.

El primer ejemplo es Stanton, cuya historia es conocida gracias a que comenzó poco a poco a contar las historias de otros:

Su proyecto inició cuando perdió su empleo como corredor de bolsa en Chicago.

El corazón le dijo, múdate a Nueva York. Y lo hizo.

No tenía conocidos, ni dinero. Tampoco sabía de fotografía.

En resumen, era un humano, un humano cualquiera.

@los21fosfenos

FV/I