Cuba y Venezuela, en la mira de Trump

MIAMI. Cuba y Venezuela se convirtieron en dos de los principales países de América Latina a los que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no dudó en apretar su política y en calificarlos de “dictaduras” cuando se cumple un año de su Presidencia, para beneplácito de los exiliados.

“En el caso de Cuba definitivamente hay un proceso de desmantelamiento de la política de (el ex presidente Barack) Obama, pero creo que él está más preocupado por el deterioro económico de Venezuela y su relación con Irán”, dijo a Notimex el profesor Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos.

Durante su primer año en el cargo, Trump dio marcha atrás en el histórico deshielo impulsado por Obama, quien en marzo de 2016 se convirtió en el primer presidente estadounidense en visitar la isla en 88 años.

El mandatario cosechó los aplausos del exilio cubano de línea dura en Estados Unidos, al anunciar en junio que estaba "cancelando el acuerdo completamente unilateral de la última administración" con la nación insular caribeña.

También volvió a la dura retórica anticastrista de anteriores gobiernos estadounidenses para exigir cambios democráticos y respeto a los derechos humanos en Cuba, luego de tres años en que las tensiones con Cuba bajaron en el final del gobierno de Obama.

Además comenzó a implementar nuevas restricciones, una vez más prohibiendo a los turistas estadounidenses viajar a Cuba a través del intercambio "de persona a persona", y prohibió a las empresas del país hacer negocios con entidades vinculadas al servicio militar o de inteligencia de Cuba.

Las relaciones entre ambos países sufrieron un deterioro mayor luego que el gobierno de Trump denunció una misteriosa serie de ataques acústicos contra diplomáticos estadunidenses en La Habana.

En respuesta, su administración expulsó en octubre a 15 miembros de la embajada de Cuba en Washington, pocos días después de haber retirado a más de la mitad de sus funcionarios en la isla. Cuba niega responsabilidad en los ataques. Pese a las medidas y la retórica, el gobierno de Trump no rompió relaciones con La Habana.

Suchlicki, un profesor exiliado cubano, sugirió que la relación podría seguir deteriorándose en 2018 por el tema de los ataques acústicos, mientras que el proceso de sucesión presidencial en Cuba podría jugar un papel importante en la nueva relación.

En el caso de Venezuela, Trump calificó al gobierno del presidente Nicolás Maduro como otra "dictadura" y lo mantiene en la mira. Su administración no dudó en imponerle varias sanciones financieras al acusar al gobierno del país petrolero de violaciones a los derechos humanos y garantías a la democracia.

Como parte de sus medidas, el gobierno de Trump vetó la entrada al país a funcionarios venezolanos, acusados de corrupción y represión, e incluyó a Maduro en la lista de los líderes más indeseables, junto a otros como el norcoreano Kim Jong-un.

En agosto, Trump llegó a advertir que su gobierno no descartaba la opción militar para restablecer el "orden democrático" en el país sudamericano.

“Pienso que Trump ha dejado la puerta abierta para que Estados Unidos pueda liderar una coalición militar internacional que pueda intervenir en Venezuela y eso puede ocurrir dado el incremento de la violencia por parte del régimen y de asesinatos extrajudiciales como el del ex policía Óscar Pérez”, dijo José Colina, presidente de la Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex).

En opinión de Colina, a la administración Trump le preocupa más la presencia iraní, china y rusa en el país sudamericano, pues según él las petroleras cada vez son más controladas por China, Irán ha tomado el control de la minería y Rusia ha estado desarrollando transferencia de tecnología militar.

“En lo que Trump ha quedado en deuda con los exiliados venezolanos es con respecto al tema migratorio, pues no ha habido un trato diferente a pesar de la situación política que está viviendo Venezuela y a pesar de que el mismo gobierno reconoce la dictadura”, señaló.

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