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Cierre temporal

A un año de su llegada a la Presidencia, Donald Trump no ha podido festejar ni puede decir que su administración esté logrando el éxito prometido, no solo debido a las fallas evidentes que han sucedido a lo largo de doce meses, sino  también porque el gobierno se encuentra sumergido en una grave crisis interna en la que la falta de acuerdos entre republicanos y demócratas ha ocasionado un cierre temporal de algunas de sus actividades, ya que en el Congreso las negociaciones en torno al presupuesto han sido un completo fracaso.

Los desacuerdos son tan grandes que ni siquiera se logró aprobar que se extendiera por cuatro semanas más el presupuesto vigente mientras se continuaban las pláticas para definir el nuevo.

No se puede decir que Trump es el único responsable, ya que aquí están involucrados tanto demócratas como republicanos que prefirieron el cierre temporal a ceder en ciertos temas políticos, y es tan grande el enfrentamiento entre ambos partidos, que parece que ni siquiera toman en cuenta las graves afectaciones que esto puede tener.

Hay que recordar que en 2013, durante el gobierno de Barack Obama ocurrió de la misma manera un cierre temporal que se extendió a lo largo de 16 días; muchas agencias federales dejaron de laborar, con excepción de aquellas que fueran realmente esenciales para que el gobierno estadounidense pudiera seguir funcionando. En aquella ocasión, aproximadamente 800 mil empleados federales dejaron de trabajar, habrá que ver cuántos son los afectados ahora.

 Una de las áreas que sufre las consecuencias de la paralización temporal es la de parques y monumentos, como hoy ocurre con la Estatua de la Libertad, por lo que evidentemente habrá grandes pérdidas económicas a causa de la suspensión de actividades. Y lo peor de todo esto es que con las relaciones tan tensas y ríspidas que actualmente existen entre el partido del gobierno y el demócrata, no se espera que las negociaciones vayan a ser rápidas, y quizá el cierre dure más de lo que duró durante la Presidencia anterior.

Quizá lo que más destaque de todo esto es que semana tras semana hemos visto que los acuerdos son la moneda de cambio entre ambos partidos, lo mismo una semana es en torno a lo referente al acuerdo DACA, que la siguiente con los impuestos o lo relacionado al Obamacare o cualquier otro tema al que se le pueda sacar una victoria política, y todo mientras los ciudadanos siguen esperando resultados claros.

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JJ/I