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Confuso panorama

El panorama político del país es tan complicado e incierto que los mismos actores políticos y los analistas se muestran reservados y prudentes al dar opiniones y hacer pronósticos. Estamos viviendo momentos desconcertantes, con circunstancias inéditas y situaciones que rayan en el absurdo, que impiden tener una perspectiva clara de lo que sucederá en las elecciones generales del próximo domingo 1 de julio.

Las más recientes encuestas muestran a los tres virtuales candidatos a la presidencia prácticamente estancados en las mismas posiciones. Ninguno de los aspirantes presidenciales tiene una posición holgada que permita vaticinar ganador. Hasta hoy, es poco probable un resultado contundente e irrebatible para alguno de los contendientes y de seguir así la definición de los comicios podría llegar a los tribunales.

CAMPAÑAS ABURRIDAS

Las precampañas están pasando prácticamente inadvertidas. No ha habido en ninguno de los frentes, mensajes o acciones que hayan impactado a los votantes. Mientras en redes sociales circulan memes y videos armados a modo para desacreditar a los oponentes -algunos de ellos muy ocurrentes y divertidos, por cierto-, la gente parece hastiada con los spots oficiales de partidos y coaliciones que se reproducen neciamente en la radio y la televisión.

De los contendientes lo único que puede decirse con certeza es que han sido incapaces de conectar con el electorado. Hasta sus públicos cautivos los aplauden sin entusiasmo. Ninguno ha mostrado aptitud para cautivar a los indecisos o los apáticos. ¿Habrá alguno que logre construir un discurso lo suficientemente convincente para impactar a 45 por ciento o más de votantes que constituyen la masa del abstencionismo?

INTERVENCIÓN RUSA

El aspirante de Morena aparece con un discurso fuera de la realidad, en el que los números no cuadran por más buena voluntad que se le quiera tener al Peje. Es además carente de ideas y monotemático, parece disco rayado. El único chispazo ocurrió hace unos días cuando, a propósito de la supuesta injerencia rusa en el proceso electoral, se refirió a sí mismo en tono festivo como “Andrés Manuelovich”.

Por cierto, no hay que desatender lo publicado por León Krauze en The Washington Post advirtiendo que no debe tomarse a broma una posible intervención rusa en las elecciones mexicanas. "La relación entre López Obrador y Rusia podría ser cualquier cosa, menos desdeñable", escribió el periodista.

DISFRAZ PERREDISTA

Al precandidato de la coalición Por México al Frente se le observa dando tumbos, con un discurso en el que contradice sus afirmaciones anteriores. Hoy crítica y desacredita todo lo que antes aplaudió, apoyó, aprobó y promovió. Podría decirse que el pasado lo persigue. Además, el líder de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, lo trató como a un niño tonto, prohibiéndole responder preguntas específicas y dar "entrevistas banqueteras".

Por si fuera poco, no cayó nada bien entre el panismo tradicional y el perredismo de cepa que Anaya se disfrazara con el chaleco amarillo que los actuales dirigentes del PRD, de la corriente de Los Chuchos, le confeccionaron con su nombre. Quedó claro que lo suyo es el pragmatismo y la falta de congruencia.

NO PRENDE

Al abanderado de la alianza Todos por México le está haciendo falta algo para que su campaña prenda y crezca. Da la impresión que los asesores en imagen han querido convertirlo en alguien o en algo que no quiere ser. Ya no se le ve espontáneo y rozagante como se le observaba cuando fue destapado como precandidato. Meade debe tomar el control total de las acciones y decisiones de su campaña urgentemente.

La intención de impulsar una iniciativa contra los funcionarios corruptos, para castigarlos con las penas máximas y confiscar dinero, propiedades y bienes obtenidos ilícitamente envía una buena señal, pero hay que pasar rápido de las palabras a los hechos. Tiene que romper con todo lo que la gente detesta del actual gobierno.

Verba volant, scripta manent

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@GOrtegaRuiz

JJ/I