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Purezas

Esto se está descontrolando. La corrección política está destrozando todo. Empecemos por el principio. En alguna plática con un escritor, hablábamos de la historia de la palabra feminismo, cuyo origen latino (ojo, latino) describía a las mujeres como seres de “fe menor”, en distintas culturas las raíces etimológicas tienen variaciones que van desde la definiciones que se refieren a muslos, fecundidad, amamantar o hembra. ¿Cuándo alguien utiliza o menciona la palabra feminismo, estará de acuerdo, por ejemplo, en que se refiere a alguien de fe menor?

Particularmente dejé de usar la palabra hace varios años, una mínima expresión de protesta muy personal.

Particularmente no concibo que la corrección política llegue al escándalo tras las revelaciones de acoso y abuso sexual en Estados Unidos y en México el reguetón, cuya característica sea el machismo y la utilización de la mujer como objeto sexual, sea un tipo de música que se consuma –a veces en secreto– hasta por las activistas más radicales. No lo entiendo.

Las redes sociales han generado nuevas identidades, simuladas muchas, donde marcar la diferencia es ser tendencia: frases de indignación se escriben a la menor provocación sobre los casos de acoso y a la vez, en las fiestas, se bailan canciones de banda o norteñas en las cuales la mujer, no sólo es objeto de deseo, sino de violencia.

Leía yo un análisis hecho en un diario chileno donde se hablaba que sólo 14 por ciento de las nominaciones de los premios más importantes habían recaído en mujeres. Una nota de estos días afirma que la Academia de Ciencias de la Grabación, que otorga los Grammy, investigará por qué las mujeres no logran ascender en la industria de la música y recuerdo el caso de Avril Lavinge, quien aceptó ser roquera cuando en realidad quería ser cantante de country, por sugerencia de su disquera, algo parecido le ha pasado a Taylor Swift ¿qué sacrifican por la fama? Nada más y nada menos que la congruencia.

Estamos en los días de la polarización, en los días de estás conmigo o estás contra mí y en eso todos tenemos una gran responsabilidad, pero los radicalismos se están construyendo con base en la ignorancia y eso, por donde se vea, es peligroso.

Mientras escribo oigo a la cantautora Marcela Viejo, a Nervosa banda metalera brasileña de mujeres, pienso en Mon Laferte, me acuerdo de Rita Guerrero, reconozco los esfuerzos de Elis Paprika, que un momento se han enfrentado a obstáculos y seguro no fueron sólo los hombres y los machismos.

FV/I