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Fajador

En la guerra, los acontecimientos importantes son el resultado de causas triviales
Julio César

Existen términos coloquiales en los deportes que se acuñan para definir movimientos y actitudes determinados. En el box, por ejemplo, se llama fajador a aquel pugilista que combate en corto, abrazando constantemente al contrincante, incomodándolo, aunque sin gran técnica. Aplicado a la política donde, siguiendo el modelo, hay personajes que se meten al golpeteo con cualquier pretexto, sin estrategia aparente, dando la impresión de que sólo pelean por pelear.

La historia de Javier Corral Jurado ha sido así. En los diferentes cargos que ha ocupado siempre ha buscado temas controversiales que lo meten en el ojo del huracán, llevando generalmente la oposición en los asuntos conflictivos de la agenda nacional.

Ahora, como gobernador de Chihuahua, no es la excepción. La manzana de la discordia ha sido la forma como ha llevado a cabo el seguimiento de las denuncias –y sus procesos judiciales correspondientes– existentes contra el ex gobernador de su estado César Duarte.

Entre sus promesas de campaña, Corral aseguró que llevaría a la justicia al mandatario saliente por corrupto –un ofrecimiento que siempre ha ganado votos– y lo ha convertido en asunto personal, a pesar de que el gobierno federal ya andaba tras Duarte Jáquez por una investigación por peculado electoral de la FEPADE, con la correspondiente solicitud de extradición.

Claudicando

Aun así, el mandatario chihuahuense dio inicio a una persecución por su cuenta, deteniendo a Alejandro Gutiérrez, ex secretario general adjunto del CEN del PRI en tiempos de Beltrones, al que presuntamente torturaron para obtener confesiones por el presunto desvío de recursos del gobierno de Chihuahua a las campañas priístas.

La confrontación escaló cuando el gobierno federal retuvo recursos ofreciendo diversos argumentos –hay que decir que poco claros–, ante lo que Corral aumentó el nivel de sus acusaciones, que lo llevaron a un tour al que llamó Caravana por la Dignidad que recorrió diversas ciudades del país –incluida Guadalajara–, culminando antier en la Ciudad de México con una conveniente negociación del dinero reclamado a Hacienda y la extradición de Duarte a cambio de poner a Gutiérrez en un penal federal.

Vio burro…

Por cierto, el que aprovechó la presencia en Guadalajara de Javier Corral fue Enrique Alfaro, precandidato de MC al gobierno del estado. Dice el dicho que dios los hace y ellos se juntan y nunca mejor aplicado que en este caso: Alfaro como sabemos no se distingue por ser prudente y tolerante, sino todo lo contrario. Ahora deberá cuidar que esa afinidad que inició en la coincidencia de animadversiones hacia el gobierno federal y el PRI se mantenga, ya que si se descompone saldrán chispas por el encontronazo entre ambas aves de tempestades.

Desbocada

No puedo dejar de mencionar la terrible escalada que ha tenido la inseguridad en Guadalajara. Sin duda alguna, Enrique Alfaro, Pablo Lemus, María Elena Limón, Sergio Chávez y Alberto Uribe quedan a deber con creces en esa materia tan sensible para la ciudadanía. El pasado viernes fueron asaltados los comensales de conocido restaurante de la colonia Americana, entre los que se encontraban colegas periodistas y comunicadores, que fueron despojados de sus pertenencias a punta de pistola. La autoridad sólo se concretó a tomar declaraciones y dejarla pasar, por lo menos hasta ahora.

La violencia en las calles metropolitanas tampoco disminuye. Tan sólo en el fin de semana se reportaron siete asesinatos en Tonalá, tres en Guadalajara, uno en Tlaquepaque –todas las víctimas baleadas– y dos cadáveres abandonados en Tlajomulco.

@BenitoMArteaga

JJ/I